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domingo, 6 de julio de 2025

Desde el apoyo de la silla ruedas, haciendo camino de una ciudad saludable


Formo parte del grupo motor que impulsa el proyecto nacional de Ciudades Saludables en Petrer.

Lo hago desde donde vivo cada día: desde el apoyo de una silla de ruedas para moverme. 

Pero también desde la convicción firme de que una ciudad saludable no lo es si no es también accesible, justa y pensada para todos.

En esta primera etapa del proyecto, hemos recorrido barrios, escuchado voces de todas las edades y condiciones, detectado carencias que duelen y propuestas que ilusionan. 

La Concejalía de Servicios Sociales, con la planificación cercana y profesional de Mercedes y Jesu —técnicas que ahora inician una merecida jubilación— y sus equipos, han abierto espacios de participación donde por fin hemos podido hablar sin miedo y con libertad.

Como activista social y persona con movilidad reducida, he reivindicado lo evidente: que la salud no es solo una cuestión médica, es también urbanismo, transporte, soledad, oportunidades, acceso a servicios, entornos donde poder estar sin depender de nadie.  

Una rampa a tiempo puede ser más saludable que un informe. Un paso de peatones seguro puede salvar vidas. Y una escucha honesta puede abrir caminos que estaban cerrados durante años.

El Ayuntamiento ha elaborado vídeos donde se recogen muchos de los temas tratados. 

Es esencial compartirlos, moverlos, sensibilizar a toda la ciudadanía, porque si este proyecto se queda en los despachos, perderemos una oportunidad histórica. 

Necesitamos que toda la población sepa que hay un plan en marcha y que puede y debe ser parte de él.

Petrer no va mal encaminada, pero el reto está en no detenerse, en llegar más lejos, a más rincones: polígonos, parajes rurales, urbanizaciones mal conectadas, aceras imposibles, espacios donde aún no ha llegado la transformación.

Como persona que necesito para mi movilidad silla de ruedas, he sentido muchas veces compasión y a la ciudad como un obstáculo. 

Pero también he aprendido que la lucha colectiva, la empatía y la acción compartida pueden hacerla más habitable. 

Este proyecto me devuelve la esperanza de que sí, se puede. Pero no basta con decirlo: hay que hacerlo.

Pablo Carrillos Huertas

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