martes, 25 de noviembre de 2025
lunes, 24 de noviembre de 2025
sábado, 22 de noviembre de 2025
Desde la terraza del museo
Vaya semana. De ser una semana pensada para celebrar cincuenta años de democracia, contándolo a los más y menos jóvenes, hemos pasado solo a recordar lo que supuso conquistar libertades: pensar, trabajar, opinar, asociarse a sindicatos o partidos según la propia ideología.
Los llamados padres de la Constitución lo hicieron bien: cedieron, pactaron y dejaron escrita una Carta Magna que ha sido la garantía de haber llegado hasta aquí.
La monarquía marcó unas premisas claras: un Estado estructurado en tres poderes indisputables —monarquía, gobierno elegido por los ciudadanos incluso con apoyos diversos si fueran necesarios que saldrán del arco parlamentario y una justicia independiente—.
Los primeros gobiernos democráticos modernizaron España y dieron paso a la estructura de las autonomías, un acierto que permitió progresar a ciudades y pueblos.
Todo ha avanzado en muy poco tiempo: tecnologías, nuevas formas de convivencia, la integración de la mujer en todas las facetas de la vida. A pesar de los apoyos, ha descendido la natalidad, compensada parcialmente por la llegada de inmigrantes a quienes, en muchos casos, no estamos tratando con la justicia y la normalidad necesarias para su integración.
La incorporación de nuevos partidos, con ideologías diversas —algunas radicales—, ha fraccionado el Parlamento, generando alianzas poco naturales.
Las ideas progresistas se han impuesto a unas conservadoras incapaces de alcanzar confianzas suficientes para lograr mayorías.
Todo derivó de una moción de censura fruto de casos de corrupción, que dio paso a un cambio de gobierno que volvió a gobernar con alianzas y nos ha traído hasta estos momentos: cada día asistimos a dimes y diretes desde todas las ideologías, mayoritarias y minoritarias, incapaces de sentarse sosegadamente a dialogar y seguir la estela de quienes redactaron la ejemplar Constitución de 1978.
Empezó a torcerse con la pandemia. El país se paralizó. La coalición que aún gobierna tomó decisiones complejas; la oposición se opuso. El virus penetró en todos los países, costó la vida a miles de ciudadanos, los hospitales resultaron insuficientes, las mascarillas escaseaban.
Muchas empresas españolas se adaptaron día y noche; la petrerense Juan Poveda S.L. fabricó mascarillas con maquinaria propia y la concejala Juani Ochoa movilizó a muchas aparadoras de calzado para confeccionarlas manualmente. Desde China, el empresario de Petrer Javi Tora envió un importante suministro, todo gratis y solidario.
A nivel nacional, la gestión fue un desastre muchos aprovecharon la situación para inflar precios a través de comisionistas y empresas de dudosa existencia. Aún hoy siguen apareciendo demandas.
Los partidos políticos no han tenido tiempo de reorganizarse: en el conservador sustituyeron a su secretario general; los progresistas defienden su programa, sin tiempo para hacer autocriticas, la agenda política está provocando un choque constante de relatos entre ideologías enfrentadas.
Me considero socialdemócrata renovado. Durante muchos años milito en un partido progresista que renunció a mucho para lograr este modelo de convivencia.
A quienes llevamos mucho recorrido nos encasillan como “jarrones historicos”, cuya opinión y experiencia —dicen— es mejor no escuchar ni valorar aunque muchos estamos activos en asociaciones y núcleos que crean estado de opinión del momento y de futuro.
Pasado el tiempo, reconozco que la fórmula de las primarias para elegir líderes fue un error: por el camino se han quedado muchos compañeros bien formados y se cerró la puerta al talento independiente. De ello se han beneficiado los acompañantes de las candidaturas ganadoras en todos los partidos.
Hoy tenemos un problema: políticos y cargos públicos, tanto del gobierno como de la oposición, están siendo investigados por la justicia. Y la justicia es la garante del sistema que aprobamos en la Constitución.
La justicia podrá acertar o equivocarse, como todo en la vida, el tiempo lo dira, pero debemos respetarla y evitar su desprestigio con estrategias de duda o relatos interesados.
Estos cincuenta años de convivencia democrática debemos contarlos a nuestros jóvenes.
Costaron mucho sacrificio desde perspectivas muy distintas. Durante este tiempo se han salvado, gracias a la estructura del Estado, obstáculos que nos habrían llevado a un retroceso imperdonable.
Por ello debemos seguir respetando normas de convivencia intocables, como la monarquía aunque algunos partidos prefieran República y la justicia, hasta que la coalición elegida que gobierne, termine su mandato o, por circunstancias, se nos dé la oportunidad de volver a votar.
Entonces cada ciudadano recuperará su papel: elegir la ideología y las personas que quiera, para que durante cuatro años se examinen, gobiernen, pacten y dialoguen, cumpliendo su programa con transparencia y honradez.
Ese es el mandato que cada elector deposita con su voto, y ese es el compromiso que debemos exigir a quienes acceden a gobernar o estar en la oposición.
Pablo Carrillos Huertas
jueves, 20 de noviembre de 2025
miércoles, 19 de noviembre de 2025
martes, 18 de noviembre de 2025
lunes, 17 de noviembre de 2025
domingo, 16 de noviembre de 2025
sábado, 15 de noviembre de 2025
miércoles, 12 de noviembre de 2025
martes, 11 de noviembre de 2025
lunes, 10 de noviembre de 2025
50 años de un mosaico
50 años del descubrimiento del mosaico de la calle Constitución/Antigua 18 Julio
Hace medio siglo, en una obra rutinaria en la calle Constitución/18 de Julio un ojo atento mejoro la histora y patrimonio de nuestra historia.
Andrés Vicedo Azorin maestro de obras, se percató de que en aquella zanja había algo distinto, algo que no podía pasar desapercibido.
Su intuición y respeto por el pasado fueron la chispa que encendió una de las páginas más brillantes de nuestro patrimonio.
Hace 50 años no existia ley de protección arqueológica. lo que se encontraba, por deducción se le ponía edad y calificación.
El Ayuntamiento de la época demostro sensibilidad, el Alcalde era Pedro Herrero Herrero y su equipo puso los medios para extraer el mosaico.
Pronto, se movilizó a los apasionados de la arqueología de Petrer, con Hipólito Navarro Villaplana y Dámaso Navarro a la cabeza, quienes comprendieron la magnitud del hallazgo.
De inmediato contactaron con grandes referentes de la investigación arqueologica como José María Soler de Villena o el señor Enrique Llobregat de Alicante, junto a otros expertos, especialistas venidos de Sagunto, extrajeron con sumo cuidado el mosaico y pusieron en valor aquel tesoro oculto durante siglos bajo nuestras calles: un mosaico romano que revelaba la riqueza cultural y la profundidad histórica de nuestra tierra.
Desde aquel día, Petrer camina de la mano del mosaico, símbolo de identidad y orgullo colectivo. No solo nos ayudó a conocer mejor nuestro pasado, sino que marcó el inicio de un proceso que culminó en el actual Museo Dámaso Navarro, hoy referente de la arqueología y la historia local.
Un espacio tutelado con acierto por la Concejalía de Cultura y fortalecido gracias a la pasión y el compromiso de la Asociación de Amigos del Museo Dámaso Navarro, cuya labor garantiza que este legado siga creciendo y enriqueciendo a futuras generaciones.
El mosaico no es únicamente una pieza arqueológica.
Es memoria y enseñanza, un puente entre quienes nos precedieron y quienes habitarán Petrer mañana. Sus teselas hablan de un pasado vivo, de una ciudad que no se conforma con preservar, sino que sigue investigando, descubriendo y proyectando su historia al futuro.
Hoy, 50 años después, celebramos no solo aquel hallazgo fortuito, sino la conciencia colectiva que despertó en Petrer: la certeza de que nuestro pueblo guarda tesoros bajo sus piedras y en su gente, y que cada descubrimiento es un compromiso con la cultura, la educación y la identidad.
El mosaico de la calle Constitución es, y será siempre, un emblema de Petrer y un punto de partida para seguir escribiendo, con orgullo, los próximos capítulos de nuestra historia.
Pablo Carrillos Huertas
Desde la terraza del museo
¿Qué está pasando? Falta ilusión. Apenas encontramos noticias que inviten a vivir con perspectiva, a confiar en el mañana. Sin embargo, las empresas necesitamos precisamente eso: tranquilidad, decisiones acertadas y motivación para sumar, construir y avanzar.
Hemos recorrido ya un cuarto del siglo XXI y aún queda mucho camino por hacer. El progreso real se construye con valentía, con quienes no temen dar la cara y firmar los proyectos que impulsan la economía, que generan empleo y bienestar, que fortalecen a nuestras empresas y a nuestros trabajadores. Esa es nuestra misión: crear economía productiva para seguir siendo útiles y solidarios con la sociedad.
Pedimos algo sencillo y profundo: cada mañana comenzar con serenidad, con la certeza de que nuestras obligaciones tienen sentido, horizonte y futuro.
Hoy nos faltan líderes que inspiren, que escuchen, que dialoguen, que eleven la moral colectiva y alimenten la esperanza. Sobra quien se acomoda en la gestión diaria y falta quien sueñe en grande y actúe con responsabilidad, visión y compromiso.
Pero no nos resignamos.
Vamos a construir el futuro entre todos.
Como siempre, empezando por los que crean empleo, los que arriesgan, los que creen en su tierra y en su gente: los empresarios.
Acompáñennos. Hagamos que la ilusión vuelva a ser una fuerza transformadora.
El mundo necesita acción, no espera.
Pablo Carrillos Huertas


