No solo París, sino Roma, Líbano, Siria, Madrid, Nueva York, Bogotá, Santiago, Sidney, Tokyo, Delhi, La Paz, Caracas, el mundo entero, cada persona en cualquier rincón del planeta.
Tristeza por aquellos llenos de rabia, violencia, odio y despreocupación por la vida de otras personas, inocentes o no inocentes ¿Quién lo decide?
Esperanza, tal vez, rezar no, mejor acción por la humanidad, por la compasión, por el amor, por la unidad, por la redención, por el perdón, por la igualdad, por el entendimiento. Por la dignidad, por la hermandad. Por cualquier persona que vive en este planeta.
Cuando el terrorismo aparece no ataca a unos pocos, atenta contra toda la humanidad. Todos nosotros. Cada uno. Cuando eso sucede, rezar no sirve de nada, en cambio actuar se convierte en una obligación. No para unos pocos, para todos. Tú. Yo. Cualquier otro.
¿Qué harás para ayudar en lugar de rezar o desear?
Isra Garcia
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