Bajando por el lavadero de cuatro vientos hacia las cuevas del río, se acumula unas charcas residuos de la bajada de aguas de la rambla de pusa, que están ocasionando muchos resbalones en bicicletas, transeúntes, paseantes, vecinos del del lugar y montañeros.
Los vecinos dicen que cada semana hay una media de accidentes de 3 a 4 que los servicios de Cruz Roja y urgencias recogen con roturas de brazos, heridas de resbalones, etc.
Las reclamaciones de los vecinos no son atendidas porque los servicios municipales dicen que debe de ser la confederación hidrográfica del Jucar los que deben de limpiar el cauce y así pasan días, meses y el paraje sigue peligroso para las personas.
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