LA    
CIENCIA   LLEGÓ  TARDE
Por más  que 
lucho  el  Dr. Luis  Sempere – de imborrable recuerdo - no pudo
salvarle la  vida a la niña MARIA DEL  REMEDIO 
MAÑEZ  INIESTA. Aquella  lucha 
por  la  vida jamás 
la olvidó  nuestra  familia 
y el apoyo de la  farmacia  de José Perseguer, sirvan  como 
nuestro homenaje al servicio 
sanitario.
María del  Remedio murió 
a los  siete meses  el  22-
de  junio 1945.   de  
neumonía,  enfermedad, quizá  equivalente al virus  que en  la 
actualidad se  denomina  Coronavirus que viene   produciendo 
muertes por  contagio  desde China 
a todo  el  mundo.
 
La  neumonía  no curada  
en España  con  la penicilina ,  hasta 
que  llegó en los  años 
cuarenta  en  la 
posguerra, en que  el  doctor 
Alexander Fleming de  Escocia,
junto a un  gran  equipo  
científico, lograron salvar  a  millones 
de víctimas, para mi hermana   María del Remedio llegó tarde.
Este
científico nació el  6  de 
Agosto del  año 1881 en Lochfiel Frm. Fue
en el  año 1901, cuando  una 
pequeña herencia le permitió matricularse en  la escuela de 
medicina del Saint  Mari  Hospital. En 1906 se  titula como 
médico y entra a formar parte del departamento dirigido por  el bacteriólogo  A.E. Wright 
cuyas  teorías sobre la
inmunización contra  las   infecciones bacterianas  mediante terapias  de vacunación 
despertaron en Fleming  gran  interés. 
Al  declararse 
la guerra,  Wright puso  su  departamento a disposición 
del  gobierno para  las 
fabricación  de  vacunas, encargándole que dirigiese una   unidad de 
investigación para estudiar la bacteria 
infecciosa de las  heridas.
Wright y
Fleming se  enfrentaron con  el 
problema de  la  ineficacia de los asépticos para  la 
curación  de  heridas, pese 
a su capacidad químicamente demostrada como  bactericidas,
Pero  no  fue
en  febrero del   el año 
1922 cuando Wright dio a   conocer
los  resultados  de Fleming ante la  Royal Society, dando a la  sustancia lítica el  nombre de Lisozima.
En 1926,
al  jubilarse de su  cátedra en 
la  Universidad de Londres,
Fleming consiguió la cátedra de bacteriología, que ocupó oficialmente en septiembre
de 1928.  Ese mismo me realizó la
observación que habría de ponerle en 
camino del  descubrimiento que
le  hizo famoso salvando a millones de
personas, al observar que  una de sus
plantas con  cultivos  bacterianos que  habían quedado abandonadas duran las  vacaciones , correspondiente a un cultivo
de  estafilococos,  había sido accidentalmente  contaminada por un hongo:  alrededor del microorganismo, las colonias de
la  bacteria se habían disuelto, e  incluso habían desaparecido las  más 
próximas  a  él. Fleming identificó  el 
hongo como un Penicillium,
por  lo que designó con  el 
nombre de  “penicilina” al
hipotético  principio extraído  de él. Sin 
embargo las pruebas  clínicas  que 
Fleming  realizó le  llevaron 
a  la  conclusión 
que la  penicilina “ no  era 
nada  milagrosa “ como  antiséptico 
local. 
La
solución  del problema  que 
representaba  la  purificación 
de la  penicilina fue  obra 
del australiano Howard Walter y el alemán Ernst Boris Chain, del departamento  de patología de la  Universidad de  Oxford 
en un proyecto para estudiar los 
productos antimicrobianos de los  
microorganismos.  Fleming
permaneció   al  margen de los trabajos  de 
este  equipo, pero en  1492 tuvo ocasión de utilizar con  éxito, en un 
caso  de meningitis, la  penicilina que Florey le proporciona. A
partir  de  entonces , Fleming empezó a desarrollar una
intensa actividad en favor de la producción a 
gran  escala de la  sustancia y 
de aplicarla en  el tratamiento
de  heridas y  de diversas enfermedades, 
En 1945 compartió con Florey y Chain el premio Novel de Medicina, recibiendo numerosos premios y honores, hasta que murió repentinamente el Londres el 1 de marzo de 1955, a consecuencia de una trombosis coronaria.
Francisco Máñez Iniesta


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