La satisfacción de unas fiestas que hemos vivido con magnifica
participación de festeros, metereología excelente, ambiente
maravilloso, comparsas y cargos festeros, bien arropados y acompañados, en resumen una fiesta excepcional la del 2017.
La dimensión de participación en la fiesta
obliga a un reajuste de horarios algo desfasados con esperas poco agradables
para festeros, músicos y cargos festeros.
La coordinación también debe de ser más
compartida con los colaboradores en el momento de los boatos donde el de la
Comparsa Vizcaínos fue fluido y ameno el de los Moros Nuevos fue lento, más por las esperas que se vieron compensadas con el ballet de Dori Andréu.
Se percibió falta de más comunicación entre los organizadores
más producto de los secretos que se guardan del montaje de boatos
que de su desarrollo, que resulto muy lento para una fiesta como la
de Petrer, por lo largo que fue.
Las bajadas, subidas y procesión del
Santo Bonifacio le falto ritmo, emoción y pasión con esa lentitud aburrida que imprime
la Mayordomía de San Bonifacio, no se oía en cada salida del Santo ese volteo de campanas que imprime al
festero esa alegría de ver a su Patrón pasar con un ritmo que siempre nos
ha llevado a sentir el cariño de ver a San Bonifacio, darle sentido a su
fiesta.
Actos con cortes no tienen sentido en las
fiestas de Petrer, se producen por querer marcar distancias para escuchar mejor
a la música o por ganar espacio para mayor lucimiento, en detrimento del resto
de la comparsa que tiene que aguardar las desconexiones que producen rompiendo
el ritmo de fiesta que caracteriza a Petrer.
Las remodelaciones de actos hechos estos
últimos años, son malos sueños que algún día algunos tendrán que solucionar,
como las Guerrillas, Lunes por la tarde y otros, estos actos llevan su
tiempo y no terminan de arraigar con más participación, las guerrillas con el
problema de la pólvora acentuada con la del Lunes por la mañana donde los
festeros empiezan a estar agotados no se ve que son atractivas y buena parte de
festeros renuncian a ir a acompañamientos y participar.
Las embajadas han cumplido su objetivo de
dar ese contenido cultural a la fiesta, faltando que los festeros y publico
tengan más continuidad en su entrada a la plaza una vez han presenciado y aplaudido
el paso de esos boatos magníficos que se organizan para arropar a
los embajadores y sus centinelas, los detalles ya se verán.
La tarde del Lunes que siempre han sido de
reserva ante cualquier incidencia, son largas y pesadas, cuando
se nos anunciaba en su aprobación que a las 8 de la tarde estaría el acto
terminado. Bien pasadas las 12 de la noche aun se oían acompañamientos finales,
el acto es largo con la subida del Santo donde hay que esperar que los sistemas
de seguridad ( camión de riego ) termine su trabajo y por el traslado de
banderas y bajadas de la ermita pobladas de muchos familiares que junto con los
festeros se toma su tiempo cada comparsa haciendo interminable el acto
donde el espectador lo aguanta más por ver a los nuevos cargos y darles su
aplauso.
Detalles de organización que seguro los
Jefes de Comparsa y Alcaldes de fiesta aportaran también deberán de estudiarse
para mejorarlos en lo posible y que Petrer siempre sea esa referencia en
el contexto de las fiestas de Moros y Cristianos, donde destaca por esa
organización casi perfecta que siempre nos ha caracterizado.
Que se entienda lo expuesto como la
reflexión de un festero que ama la fiesta y que desea que no caigamos en la
autocomplacencia.
Pablo Carrillos Huertas
Festero Tercio de Flandes
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