José Antonio Hidalgo, tu Alcalde y amigo me llama con la voz
entrecortada y me anuncia la fatal noticia. En diciembre, cuando fuimos al
Puerto de Sagunto a compartir una mañana contigo ya intuimos que el final
estaba cerca.
A la hora de escribir estas líneas siento el bloqueo de no
saber cómo expresar el profundo dolor que tu vacío me produce, recuerdo a tu
paisano poeta y la elegía a Ramón Sigé y
se me nublan los ojos, desde el 2005 en que compartimos departamento en el IES
Paco Mollá y posteriormente paseamos nuestra jubilación por las montañas de
Petrer, cimentamos una amistad que una cruel enfermedad ha truncado.
Tus compañeros y tus alumnos en la escuela o en el
instituto, los que dejaste en la política local, todos aquellos que te
conocieron y fueron tus amigos te recordarán porque eras una persona capaz de
entenderte y llevarte bien con todo el mundo, tenías ese don innato de saber en
cada momento dónde estabas y con quién.
Mi gratitud por los años pasados contigo permanecerá anclada
en mi memoria y mi afecto con Amparo y tus hijas Marta y María en estos
momentos tan duros, estará siempre unido a tu recuerdo.
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