por Ernest Poveda Economista y presidente de ICSA Grupo 28 diciembre de 2020
Las nuevas tecnologías están haciendo aflorar un gran número de buenas prácticas y "socializando" su uso de manera creciente, siendo muy beneficioso para el desarrollo de las organizaciones, sin embargo, al mismo tiempo están apareciendo malas praxis, poco éticas, que defino como "vampirismo digital".
De hecho, siendo presidente de una empresa de headhunting y selección y, a partir de una queja que recibimos de un candidato que optaba a una determinada posición publicada en las redes, que detectamos el mencionado vampirismo.
En concreto, al solicitarle como era el motivo de su reclamación nos indicó que había solicitado una confirmación de recepción de un mensaje y que no habíamos contestado en ningún sentido. Revisamos los candidatos recibidos y no apareció por ningún archivo, con lo que le solicitamos si sería tan amable de hacernos llegar copia de este anuncio: nuestra sorpresa fue cuando vimos que "alguien" había "clonado" nuestro anuncio de selección, realizando pequeños cambios en su contenido como, por ejemplo el lugar de residencia, modificando Barcelona por Tarragona y otros menos relevantes, pero pensados con malicia.
Aun así, nuestro nombre como empresa de selección aparecía como empresa solicitante.
El gran y determinante cambio venía cuando el mail de recepción de candidaturas era otro absolutamente diferente del nuestro.
Estos son los "vampiros digitales" que con esta práctica reconducen los CV de las personas en busca de ocupación, desgraciadamente un gran número en estos momentos de pandemia, para su base de datos con finalidades eminentemente comerciales de "reventa" de estos CV a terceros.
Utilizando el nombre y prestigio, otras marcas sin ningún tipo de respeto hacia las mismas ni hacia los candidatos que pasan a formar parte de bases de datos de dudosa legalidad, sobre todo en el uso de perfiles confidenciales de candidatos a un puesto de trabajo.
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