domingo, 27 de diciembre de 2020

COMPARSA DE LOS MOROS BEDUINOS TRABAJO LITERARIO EN HONOR A JUAN CONEJERO. CONCEJAL DE CULTURA QUE ASUMIÓ EL ACTO HISTORICO DE LA RENDICIO DE PETRER.

Francisco Máñez Iniesta.

Ha pasado medio siglo y con él,  los años más interesantes de la fiesta, gracias  a los valores   democráticos que nuestra  sociedad y la fiesta experimentó. 

Fiesta que  fue llenándose de jóvenes  que querían vivir y participar en la gestión de la comparsa de la  Beduinos  nueva comparsa que se  ligó al conjunto de nuestra ancestral  fiesta de  los moros y cristianos que nos legaron  nuestros antepasados. 

Las comparsas de moros se fueron llenando las filas con nombres de  origen árabe sin pretender buscar la singularidad propia  de sus comparsas formando un sinfín de nuevos nombres de filas, propios y  jocosos cerrando el arco del bando moro.

Cincuenta años de vida  forjando fiesta en el bando moro de marca beduina con un enorme potencial de ilusión , fue una proeza maravillosa llena de  imaginación  expuesta  con  sabor y reminiscencias magnificadas de   perfume y  color  del mundo beduino  desarrolladas a partir de aquellos velos, que con mucha ensueño  vagamente recordamos sujetos en la cabeza con carruchas vacías de hilos de coser  los zapatos que  nuestra industria  zapatera proporciona gratis.

Ahora adentremos en su historia para conocerlos un poco más a fondo – a los Beduinos y su historia- en su perpetuo recorrido por los desiertos. Nada mejor para ello que  adentrar en ese maravilloso mundo, guiado siguiendo  los estudios del Etnólogo John H. Stinson Fernández y la descripción poética de un interesantísimo viaje  por toda la geografía  mediterránea  escrito por Baltasar Porcel  titulando  su excelente obra Mediterráneo: Tumultos del oleaje.  He aquí un esbozo de su historia con su recorrido  poético  por los desiertos  de Arabia y África y su entrega fiel  al Islam.

Introducción histórica:

"Estas gentes del Magreb no tienen comienzo y nadie sabe dónde acaban; si una de ellas es destruida, muchas otras la reemplazan; ni siquiera las ovejas que pastorean son tan numerosas como ellas mismas”.(Carta del gobernador de Ifriqiya - territorio del norte de África-   Hassan ibn al-Nu’man dirigida al Califa de Damasco en torno al año 700).

 

Esta interesante carta nos indica como ya habíamos leído en crónicas de la España Romana  que las gentes del Magreb ya en siglo II reinando Marco Aurelio oleadas de mauri, cuando podían  cruzaban el estrecho adentrándose en la nueva Hispania romana, aspecto nada novedoso desde siglos atrás  cualquiera de nuestros antepasados  que pintaron los bisontes de Altamira o bien los residentes  de Atapuerca   iniciaron el camino buscando en el resto del mundo mejores  condiciones   de subsistencia, dejando ya claro que la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a  la tierra. El poeta Virgilio definió las migraciones de los pueblos: ¿Qué causa, oh mancebos, os impulsó  a tentar estas ignotas regiones? ¿Adónde vais?  ¿Qué linaje es el  vuestro? ¿De dónde venís?   ¿Nos traéis la paz o la guerra?

El carácter conquistador de los musulmanes nacido del primer islam les llevaba a luchar contra sus hermanos nómadas, considerados idólatras, por ello eran sometidos los bereberes  nómadas y sedentarios de todo el norte de África, para seguir con las conquistas posteriores que se encaminarían hacía el sur después de haber  conquistado Argelia, Tunicina  y Marruecos. Al principio cuando conquistaban una plaza se repartían el botín quedándose con las tierras, aunque pronto cambiaron  de táctica  para que las tierras  siguieran con sus dueños  pero pagando un tributo  en el que mantener al ejército y ellos proseguir con nuevas conquistas  que les proporcionaban nuevas riquezas y mayor poder.

 Cruzar el mar mediterráneo  por el estrecho era tarea fácil para obtener información, y así lo hicieron varias veces colaborando con los godos y judíos. 

España era tierra  considerada tierra  de cristianos  “gentes del libro” y no entraba en el campo de las nuevas conquistas, aunque sí estaban tentados por sus riquezas. La  caótica situación  de los diferentes reinos  visigodo en que  la mayoría de sus reyes fueron asesinados entre ellos para conseguir el poder, impidió que los visigodos  jamás  consiguieran  la integración de la población  hispano romana,  ni siquiera cuando   los reyes  godos  de religión  arriana  se pasaron al cristianismo y para demostrar que eran más católicos  que lo reyes visigodos posteriores. La política de brutal dureza  de los nuevos cristianos visigodos - ex arrianos -  contra los judíos  para demostrar  la veracidad de su integración, marcó  desde entonces  a la Europa cristiana. La situación de penuria  social y la colaboración importantísima  del pueblo judío  desesperado   por la crueldad de la represión,  decidió  el salto  árabe a la península con la complacencia de la mayoría de la población  que se entregó en busca de mejorar la precaria situación. La  conquistándola  como sabemos fue un paseo militar. Una nueva cultura más, ahora musulmana,  ahondaría sus raíces después de casi  novecientos años vida en esta primitiva tierra de los Iberos, llagada también al principio  de la historia del otro lado del estrecho. 

LOS ÁRABES BEDUINOS: 

Vidas y desiertos llenas de aventuras y poesía



El sol sale a las siete de la mañana y se pone a las seis de la tarde. A las nueve ya nos acostamos, después de haber cenado, hablando junto al fuego de la vida del desierto, jugando con dibujos en la arena, entonando canciones  de amor y de guerra y haber identificado estrellas y constelaciones  en el diáfano y cercano. Venus la refulgente, el grupito  de la Pléyade, Orión… La  noche al raso y los caminos perdidos, nuestro corazón alegre, el amor…sí la canción refleja el viaje. Al amanecer rodeaban el campamento múltiples pataditas de jerbos, el minúsculo roedor amarillento de aspecto acaso parecido al canguro.”

Por aquel entonces todas las tierras que se extendían desde el oasis de Siwa en Egipto hasta el litoral Atlántico en el Magreb, y adentrándose en los límites del desierto por el sur, se hallaban habitadas por una enorme amalgama de pueblos. Más hacia el interior del desierto el nomadismo estaba mucho más extendido. Empleaban una serie de lenguas que podían clasificarse dentro de la rama amazigh o bereber, de la gran familia de lenguas afroasiática. Estos pueblos reciben el nombre genérico de “bereber” (del árabe “barbar” y del latín “barbarus”, aunque cabe mencionar que los romanos también los referían bajo el nombre de “mauras”). Entre las diversas tribus que tuvieron cierto protagonismo en éste periodo podemos encontrar a las de: Sanhaya, Zenata, Masmuda, Barghawata, Kutama, Awraba, Houaras, Jarawa, Lawata.  Si hacemos caso a Ibn Khaldun, el mayor estudioso árabe medieval sobre las genealogías de estas poblaciones, todas provenían de un mítico antepasado común llamado Barnos que tuvo diez hijos, los cuales darían nombre y origen a estas tribus de los que los Sanhaya (Magreb central y extremo), Zenata (en los confines de la meseta de la Tripolitana) y Lawata (Tripolitana, Cirenaica y Aurés), ocasionalmente aliadas entre sí, serían las más numerosas.

El término árabe de Beduino significa desierto. Nómada originario que y se alimentaban de gacelas, avestruces, avutardas y codornices se  asienta alrededor de los desiertos  desde cinco mil años antes de Cristo. Colonizador del  desierto vive en los  asfixiantes veranos junto a los pozos y los oasis; nómadas de los desiertos de arena, ama la  tierra y sustancia con Alá, su Dios que anima el Corán. Son también los místicos de los desiertos que sueñan en poder cruzar los siete cielos como hizo Mahoma;  resistiendo, permanecen  en los desiertos, después de soportar  el   estupor insoportable  del verano asentados en clanes y tribus esperan el momento de iniciar  sus trashumancia en  inviernos y primavera, pastoreando los rebaños de corderos, y para ello busca  buscan  las  zonas donde las lluvias  regaron las arenas.  Los rasgos propios de su carácter son la libertad la solidaridad, la lealtad, la firmeza, el equilibrio, el autodominio, La indulgencia. La nobleza, la hospitalidad, su caballerosidad, su  bravura y su obstinación en la venganza. Son pacientes ante el infortunio y valientes  para la protección al débil y el desafío al fuerte considerando estas actitudes  las leyes sagradas  del desierto. Su civilización material se construyó sobre la noción de movilidad seguridad y rapidez en sus recorridos. El  mundo de sus  principales relaciones eran en primer lugar su extensa familia, su clan; y su misión de englobarla en  la tribu, donde existen distintos clanes que forman la confederación. Todas las tribus seguían un estricto código de caballería  cuando combatían entre ellas.

 

“La noche al raso  y los caminos perdidos, nuestro corazón alegre, al amor…Sí, la canción refleja el viaje. Rodamos por una infinita extensión de arena, apenas  ondulada, y de pronto se forman a nuestro alrededor  uno, diez lagos, riachuelos, temblorosa  el agua y estáticas las arboledas. Que se esfuman de pronto. Y brotan al instante. Horas y horas. Son espejismos, que hacia el mediodía se multiplican saturando de irrealidad este mundo yermo y vigoroso. El Sahara se compone de  de dunas, abstracción  de doradas y desnudas  arenas, belleza de la muerte. Los tuareg preparan el té. Hay que tomar tres vasitos, rito obligado: amargo el primero, al punto el segundo muy endulzado el tercero.Mundo fabuloso, caminamos  inmersos en una alucínate  vejez sideral, los enormes montículos que simulan esfinges, bestias antediluvianas, bulbosas erupciones  pétreas. Un agudo silencio nos rodea. La vida es la materia en su estética  omnipotencia. Jamás había estado tan solo. Ni es tierra firme – el mar es diferente- tan inmenso en la totalidad: somos únicamente una  fracción de esta materia.”   

 

Fueron  los  griegos  los primeros en dar a la palabra ´Arab, el sentido étnico que jamás  tuvo entre los musulmanes, al menos  hasta mediados del siglo pasado, cuando os orientalistas comenzaron a introducir sus conceptos raciales  en el mundo del Islam. Los árabes  sedentarios del sur, jamás se llamarán a sí mismos ´Arabo, sino yemeníes u otros  apelativos. Hasta entonces el término ´Arab aludía a la mítica forma de vida de los nómadas, entendida ésta  en sus aspectos más positivos  y que se refieren a valores y virtudes  que están en el origen mismo del Islam. Las tribus nómadas antes del Islam se estructuraban  por el parentesco de los varones, aunque existían excepciones a esta regla. Individuos sin estar ligados  a un grupo por sangre  podía tener el derecho a la protección, la protección por vecindad, el estatuto de cliente  (maulá) era adquirido por el esclavo en el momento de su liberación pasando a formar parte de la tribu. Un individuo podía ser expulsado de la tribu por su comportamiento humillante para los suyos.  Soportar el calor  extremo  del desierto  supones usar ropa  ligera, túnicas que permitan la circulación  del aire  y libertad de movimiento, proporcionando  protección contra el sol  y la arena. Sus vestidos se diseñan  para cubrir el cuerpo entero salvo la cara las manos y los pies. El vestido principal de los hombres es el thawb   de algodón blanco o la túnica gris. Encima de la túnica, los hombres llevan mantos de seda larga  o chaquetas de algodón llamadas kibrs. Las chaquetas están abiertas en el frente y afianzan con cinturones de cuero.

“Las tiendas de campaña son de lana. Lana de oveja y de cabra. Lana blanca: por el color podemos saber  que nos hallamos  en el Sahara. Si estuviéramos en el  desierto de Arabia, la lana sería negra… Con el calor, la lana se encoge, se cierra en si misma impermeabilizando  el interior  del exterior, con lo que el aire refresca dentro de la tienda. Si lloviera, la lana se apelmazaría, mojada, formando una tela  también compacta  e impermeable. El Beduino, el nómada de los desiertos - tiene y sobre todo ha tenido- muy pocas cosas, pero éstas ¡alcanzan  tan lejos! Por ejemplo, coge un poco de lana, la quema, y mezcla su negra ceniza con agua: ya ha conseguido tinta. Con la que puede escribir la palabra primigenia, la sustancial: es decir Allah (Alá), Dios.



Los beduinos actuales  están organizados en tribus y hablan el badawi y se consideran descendientes del pueblo árabe. Su economía y alimentación su fundamenta en la cría de ganado desplazándose  constantemente  en busca de agua y pastos. Su alimentación es a base de leche y sus derivados, como un tipo de Manteca que llaman ghee. Comen el pan ázimo  de trigo  dátiles y otros frutos que se obtienen en los oasis de los desiertos. Se les considera trashumantes  como herederos  naturales de periodo neolítico,  también mantienen   creencias ancestrales de espíritus y genios, si bien algunos han optado por el  misticismo del sufismo que trata  de alcanzar un grado superior de conciencia para así obtener una relación más íntima con Dios. Desde la creación del Estado de Israel, a los beduinos palestinos les  están aplicando programas para  adaptarlos al modelo de vida occidental promoviendo  asentamientos, talleres y fabricas  tejidos  y de productos típicos beduinos; modelo propio occidental que produce  un  serio conflicto que atenta contra la libertad de su cultura milenaria y  sus movimientos  trashumantes, mientras que su población, preocupantemente, dicen que  se duplica cada trece años.

Y practicamos la gzana: leer en la tierra. Introduzco un dedo en la arena, mientras el tuareg palpa el suelo y me va descifrando los ignotos  recovecos del destino Osman, Adhmet y Aisa envuelven su cabeza con el tagelmust, el enorme turbante  que solo descubre los ojos. El turbante es azul- “hombres azules”  han sido llamados los tuareg -  pero también los hay negros, verdes, blancos. Yo también me cubro: contra el sol impecable, el frío nocturno, el viento arenoso, el tagelmust resulta de una utilidad imprescindible. Las mujeres, también altas, de noble belleza, llevan sin embargo la faz descubierta. Al revés de la mujer árabe, que nos aparece velada. La targuí es una sociedad  matrilineal, un hijo lo es todo de su madre y ellas son las que enseñan  a los niños la lengua  tifinagh, las canciones. “

En resumen forman  una cultura de hombres y mujeres  durísima de vida en los desiertos poéticamente cruzan  los desiertos velozmente  con sus caravanas de camellos cargados de mercancías. Nos ha sorprendido su estructura política milenaria con sus clanes (familia) tribus (pueblo) y  la  Confederación (Unión de pueblos) estructura con la que han  solucionado sus problemas durante miles de años, mientras que el resto del mundo ha sido incapaz de ordenarse  sensatamente y menos de regular sus diferencias de todo tipo provocando conflictos bélicos constantemente. 

 

No podemos terminar este trabajo sin dejar -otra vez - constancia de que aquellos árabes y sus generaciones  posteriores  durante esos casi nueve siglos de historia junto a los  judíos y cristianos,  concretamente en el reinado de Abderramán III, dejaron el gran legado cultural de Al-Andalus, en el cual según la opinión de la monja del monasterio de Gandesheim en Alemania , el esplendor cordobés era el ornamento del mundo, pues desde el emperador de Constantinopla  hasta los más altivos monarcas  europeos  solicitaban aliarse  con el califa omeya, enviando a sus embajadores y a sus intelectuales  para que se enriquecieras en contacto con el saber  que allí se desarrollaba. Otra vez habría que referirse a Averroes, a través del cual   se introdujo Aristóteles  en el pensamiento occidental. En definitiva, hoy ya nadie podrá negar que fuera el islam  español quien culturizó a Europa. (Eric Santoni). Concluida la expulsión de los musulmanes, casi dos siglos después, el conocido  abate   Marchena  escribió  en 1792” La España  está a diez mil leguas  de la Europa y a diez del siglo decimoctavo”. Celebremos  que en nuestra fiesta de moros y cristianos hayamos recobrado el aprecio  por la  cultura de aquellos árabes  de los que entre ellos  estaban los beduinos. Vivir una fiesta destacando los valores  de nuestro pasado doloroso  en convivencia y tolerancia, es  tomar el mejor antídoto para no volver a repetir la historia.  

 

ÁRABES BEDUINOS, UN   HERMOSO SUEÑO DE VIDA.

“Allí anida la esencialidad de esta vida, de este universo.

Todos se nutren del oasis, cosechando más que cultivando.

Pero el beduino  nunca acampará en el  oasis: se encuentran  atraídos por el agua  y la huerta, la hierba…

El arroyo  enfría  rápido, se pierde entre el palmeral, los naranjos, la alfalfa, los granados.

También pululan ocultos los arrullos de las tórtolas. “

 



Ksar bereber de Ait Ben-Haddou, en el Alto Atlas marroquí.

Esta  fue   su deliciosa histórica siempre  junto  al  encanto y misterio  del  desierto , historia  que  tomo  corazón  y  vida cuando las puertas de  la  fiesta de  Moros  y  Cristianos  se  abrieron ante  su  nacimiento y su  engrandecimiento en el bando  musulmán de nuestra   fiesta.   

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