QUIJOTES
DE CAPA Y ESPADA
La
comparsa de flamencos cumple 125 años de historia, casi nada, y ello conlleva e
invita a su vez a mirar hacia atrás en
busca de las primeras imágenes difusas y sensaciones inexplicables que
cambiaban por unos días la monotonía de aquel tiempo gris, por otro lleno de
color y alegría compartida. Disipemos la
densa niebla acumulada en las sendas de la memoria en búsqueda de aquellos
primeros recuerdos y vivencias de infancia que tanto configuraron nuestra
personalidad. Fue en la década de los años cincuenta cuando empecé,
lleno de asombro a rendirme ante
aquel milagro de armonía que me
inclinaba a amar aquella fiesta y sobre aquellos festeros generosos, que por su carácter lleno de alegría y
sentimientos enriquecían la vida de aquel pueblo gris y feroz en su lucha por
remontar la adversidad y la tristeza de la posguerra.
Habrá que agradecerle una vez más, a
aquella entrañable fiesta de Moros y
Cristianos, que por unos días
transcurría por calles empolvadas y escasa luminosidad nocturna y a aquel castillo de madera (adosado a las
gradas de la iglesia de San Bartolomé.)
Feliz tiempo de infancia con el que crecí, tiempo que nos recordaba y suscitaba
la historia de nuestro semiderruido castillo, el cual, durante todo el año, era el feudo de los juegos de moros y cristianos que
los niños del pueblo organizábamos, portando nuestras harapientas
banderas,(atadas a escobas viejas) y con
nuestro más encendido “ardor guerrero”, luchábamos con espadas de madera a
“vida o muerte” por su conquista o defensa .Verdaderamente, la fiesta , aquella
fiesta fue el caldo de cultivo de nuestras vivencias de antaño. Fiesta en honor de santo Bonifacio, sencilla, y
sobre todo llena de candor y emoción.
También, bálsamo de paz y concordia, que
a su vez, era la esperanza del encuentro del pueblo en unos días felices y
alegres tan necesarios, donde la música, el escaso pan y el vino, era
compartido por el pueblo. Largo camino entre rosas y espinos. Entrañables
vivencias y sentimientos que marcaron una forma de sentir y de ser.
A
la Comparsa de los Tercios de Flandes
por su antigüedad, habrá que
reconocerle un poco más, su esfuerzo por conseguir que nuestra fiesta sea el
gran monumento de alegría, sentimiento y belleza que llena el corazón de este pueblo.
De aquellos años lejanos recuerdo el color
resplandeciente del rojo de sus capas y
el brillo centelleante de las espadas y sobre todo, aquél cabo llamado cariñosamente el tío Ample, de
impecable paso decidido, regio, altivo,
al que los aplausos apenas le cambiaban su semblante, como buen soldado,
y su faz inmutable y erguida, quizá como
el de los antiguos sargentos de la soldadesca, que él por su edad debió de
conocer bien. También recuerdo, cuando la entrada pasaba por la plaza de arriba,
el susto que pasé cuando vi a “Juanito
el taxista” conductor de la carroza que
portaba una inmensa bota de flamenco, como lo sacaban de su interior a
punto de desmayarse por la falta de ventilación. También recuerdo a Juanito
siempre con su puro, y su descapotable
lleno de flamencos, descendiendo por las escaleras que habían en la calle Prim
ante el asombro de toda la chiquillería.
Otros “flamencos de campanilla” de carácter
alegre y campechano que recuerdo, fueron “Pepito laliga” Manolo Moll” Ruperto Molina… También a Eliseo
Montesinos, flamenco de corazón y compromiso por su comparsa mientras vivió. A
Vicente Garcia Brotóns, que fuera en tiempos de antaño gracioso embajador de la embajada de Chusma y experto cabo de escuadra de la Fila Gran Capitan, de estilo cómico
peculiar que garantizaba con sus
graciosas expresiones sus actuaciones en plaza.
De sus mujeres festeras me queda el recuerdo de su semejanza con las reinas cristianas
medievales, con aquellos trajes suntuosos que coronaban la serena belleza
femenina que nos recordaban las películas históricas que veíamos ensimismados
en el cine Cervantes. Trajes, que
emocionado he vuelto a contemplar en la exposición del 125 aniversario,
pues en mi mente veía en el rostro la sonrisa de complacencia ante el aplauso
del pueblo y el movimiento lleno de
alegría ante el ritmo musical desenfadado de las guerrillas.
Pasaron los años y en el hoy de esta
comparsa comparto la amistad de grandes
festeros que tanto hicieron y hacen por la fiesta. Alejandro Perseguer Navarro en su
quehacer por la música festera, además de
involucrar los nombres de los
personajes históricos de nuestra fiesta en las nuevas composiciones. Ignasi
Villaplana, como excelente embajador en valenciano. La adorable Fini Planelles
“la maja” de sentimiento y pasión
inquebrantable, heredera de toda la saga de la familia de los “Majos” que tanto han trabajado por su comparsa. Dori Andréu, imprescindible
su aportación de belleza, con sus prodigiosas danzas cautivadoras de dioses y
profanos, dejando en la escena su piel y su alma rememorando acontecimientos históricos. Y como no, a Pedro Brotons,
abanderado de la paz, flamenco de sensibilidad y grandeza humana.
Pero hay otros con los cuales, los avatares de
la vida festera nos unió más estrechamente en la directiva en la Unión de Festejos y en la
vuelta a la escena festera de la Ambaixada en Valenciá, (la perdida embajada de la Chusma). Son José María
Navarro, hoy socio de Honor de la Unión por su larga trayectoria como
secretario. Antonio Navarro presidente
de su comparsa el cual ostentó el honor de haber sido el presidente más joven
de su comparsa y también Presidente de la Unión de Festejos, además de
excelente Pregonero. Mari-Nieves Bernabé, primera mujer que formó parte de la
directiva de la Unión de Festejos como vocal, que aportó a la fiesta, entras
cosas, la formación de la Colla dels Moros Nous; formación musical festera
orgullo de nuestro pueblo. Pablo Carrillos Huertas, quijotesco caballero andante,
motor e
impulsor de la radio local, de incansable valía en todos los medios de
comunicación locales y comacales; promotor de la primera exposición permanente de la fiesta, desaparecida por las fatales decisiones que tanto han deteriorado la fiesta y sus actos, promotor de la primera pagina web, logro que cada comparsa tuviera una calle dedicada y la Unión de Festejos, su plaza en la zona del Campet, divulgador muy relacionado de los valores de Petrer y su fiesta, presidente de la
Unión de Festejos que tanto hizo porque retornara la Festa del Capitans
unida al hecho histórico de la Rendició.
También con Manuel Moll, (Caid, Jaime I)
actor, primor de dotes artísticas puestas de manifiesto en distintas
colaboraciones festeras. Manuel Amat, (Jaime I, Caid) jocoso escritor y excelente actor. Antonio Joaquín Navarro, (Jofre de Loaysa) portentoso actor de transfiguración impresionante. Ellos, junto a
otros, fueron los primeros actores que representaron nuestros personajes
históricos en la Rendició de Petrer. También a Sebastián Tenés, incansable y
auténtica garantía en el montaje y la dirección cada año. Juan Carrillos Huertas, recatado caballero con toda
la extensión de la palabra, siempre a disposición de su comparsa. También
desde los primeros años poniendo en escena la vuelta de la embajada en
valenciano, además de colaborador comprometido de la Rendició. Juli Navarro,
dama del Rey Jaime I, verdadera pasión por teatro premiándole la vida con su hija Begoña Tenes, hoy excelente
actriz profesional, y cómo no, a toda esa filá de Inquisidores sustento y alma de todos ellos. La reciente
incorporación de Fran Cabrera a esta comparsa le añade un nuevo valor, pues
como es sabido, es el actor que interpreta en la actualidad al rey Jaime I,
además de ser el embajador cristiano.
Fran es la sabia nueva, heredero de genes culturales brillantes que descubrí en
su padre hace más de cuarenta años cuando en la vida de ambos compartíamos la
milicia. Pero Fran aparte de tener estas responsabilidades, constantemente aparece
en la vida cultural del pueblo a través de recitales poéticos, representaciones
teatrales y demás eventos de la misma índole y ello lo hace más meritorio.
Ellos fueron los protagonistas que
revivieron por primera vez las páginas de nuestra historia de moros y cristianos al cabo de más de
setecientos años, encarnando las figuras más importantes de nuestra historia
medieval, la cual nos desvela cómo somos, además de marcarnos los caminos del
futuro. Hombres y mujeres significativos en la fiesta de nuestros amores.
Festeros de globalidad festera que cuentan
estando en la mayoría de las actividades que marcan el día a día de la
actualidad. Sin duda la fiesta les debe mucho a estos flamencos y flamencas y a
otros con los cuales no tuve la suerte de tener relación de trabajo con ellos,
que siguen luchando por una fiesta cada vez mejor, lo cual revierte, sin duda,
en un mundo mejor. Valga también mi reconocimiento para ellos, pues sin duda su colaboración fue
y sigue siendo importante.
Después de presenciar la puesta en escena de vuestra comparsa en la magistral entrada cristiana, sólo añadiré que contemplé en ese tiempo reducido que pasó la comparsa ante mis ojos, la expresión del núcleo del universo de nuestra fiesta de Moros y cristianos.
Con la presencia de la formación de soldadesca
con sargento al frente, y a caballo los alféreces abanderados uniformados todos
a la usanza de siglo pasado, además del
bellísimo y emocionado mosaico de abanderadas, sentí como parte de la historia
perdida de nuestra fiesta resucitaba, poniéndonos de manifiesto su grandeza y
también, los errores posteriormente
cometidos cegados por el brillo de la modernidad en el largo camino del último
siglo. Enhorabuena por esa gran entrada.
Deseo que mis palabras sean el prefacio dorado al reconocimiento de vuestro esfuerzo por estos 125 años de tradición.
De todo corazón, os deseo un
feliz aniversario a toda vuestra gran comparsa. Felicidades.
* * *
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