El español duerme 53 minutos menos que la media europea
Ignacio Buqueras y Bach, presidente de la Comisión Nacional de la
Asociación por la Racionalización de Horarios Españoles, (ARHOE)
declaró, ante los corresponsales extranjeros en Madrid, que a España le
corresponde vivir en el horario solar del meridiano Greenwich,
adaptándose por tanto al modelo anglosajón, con lo que incrementaría la
productividad en las empresas, una reducción del gasto energético y
velar por el capital humano “porque llevamos erróneamente más de 70 años
en el meridiano de Berlín”.
La Comisión pide, por tanto, a las autoridades españolas competentes
en la materia, campañas de sensibilización de la sociedad sobre esta
propuesta: “horarios racionales, ya”. El Gobierno español se está
convenciendo de la importancia de las reformas y que “no tocar las
manecillas del reloj en marzo del 2014, podría ser una gran medida, si
bien el cambio de hora no es la solución ni la llave del futuro de los
horarios españoles, porque hay que involucrar a toda la sociedad”.
Los estudios sobre este problema indican que la racionalización del
horario laboral en las entidades podría aumentar la productividad entre
un 20 y 26% en la empresa privada y un 31%, en la empresa pública. De lo
que se trata, según establece Buqueras y Bach, es de “dar valor al
tiempo” y a la Comisión Nacional (integrada por 138 instituciones o
entidades, 14 comunidades autónomas, organizaciones sociales,
sindicales, universidades y ministerios) le ocupa y preocupa las 24
horas bajo “la regla de los tres 8”: ocho horas para trabajar; ocho
horas para descansar y ocho horas para diversificar.
El horario racional implicaría que las televisiones públicas y
privadas adelantasen sus “Prime Time”, dado que contribuye a reducir los
niveles del fracaso escolar; absentismo laboral y estrés; por ello, la
Comisión pide que desde las escuelas se enseñe a dar valor al tiempo y
saberlo gestionar. La mujer es la gran perjudicada de los horarios. La
conciliación de igualdad y corresponsabilidad en el ámbito personal y
laboral ha de ser factible. “Sería eficiente dejar de emitir programas
televisivos después de las once de la noche”, apunta Buqueras y Bach.
También se debería cambiar la “cultura del presentismo” (mientras no
se vaya el jefe, no se va ningún empleado), muy arraigada en España, por
la “cultura de la eficacia”, optimizando el tiempo. Lo que preocupa es
que somos líderes europeos con más horas laborales, pero con menos
productividad.
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