Francisco Máñez Iniesta
Silvestre
Navarro Garcia
(CABALLERO PALADIN
DE NUESTRA FIESTA)
Siempre
es buena hora que feliz y placida recuerda más
hermosos que viven
con nosotros, más íntimos …también
enriquecedores para siempre
como Silvestre Navarro cuya
imagen y voz, nos acompañara siempre del que fuera embajador
cristiano durante los años 1966-
1972. Recuerdos que vivirán en la
memoria de este pueblo.
La vida pasa dejando sus vivencias
en sus recuerdos inolvidables, como
los aplausos desde el Set de
locución de la televisión Intercomarcal
que retransmita en directo, ante las emocionadas lágrimas de su de su hija, Carolina Navarro y
su escuadra de la comparsa Berberiscos ante la memoria de su
padre, tan vital en diferentes áreas de la fiesta.
Adiós a ésta fiesta marcada con reseñas
históricas y poéticas pasadas. Fiesta
llena de vida y amores e ilusiones ya consumadas, que esperan despertar ante otra nueva fantasía indescriptible.
Atrás nos queda la fragancia de una alucinación ya consumada indescriptible, donde caballeros trovadores y damas de ensueño, han dado vida
a nuevos sueños para vivir, otra fiesta Hispano Árabe
en Honor a San Bonifacio.
Como la vida misma la fiesta ya ha pasado. Atrás quedan preciosos recuerdos que vivirán en la añoranza del alma de este pueblo, como preciosos
recuerdos intemporales que nacen cada año de los mismos sentimientos. Fue la
consecuencia de año tras año de
fervor festero y trabajo del pueblo que
vibrante de emoción durante estos días de la magna
representación de sus Fiestas Hispano-árabes.
Las
voces de los recuerdos. Enrique Angulo García
Fue un verdadero placer, rescatar este excelente texto publicado en
nuestra revista de Moros y Cristianos
del año 1946, cuyo autor residente en Madrid escribió después de su visita a nuestro pueblo. Texto que después de más de setenta años después, sigue cautivándonos
por su contemporaneidad, pasión humana y poesía
idílica que pudo haber ocurrido ayer.
Visite la región levantina cuando un sueño hecho
realidad se hizo materia. Paisaje de bruma dorada, líneas de espuma pavorosa y azul, marcan el mar maestro, más
nuestro que nadie; días felices que aparecen ya envueltos en el pálido sol de
los años, y un encuentro a fuego vivo de la hermosura tierra alicantina.
Moros y Cristianos, luchas seculares aristas luminosas que hienden en la historia.
Románticas uniones de leyenda entre los
hijos del ibero y los del Desierto,
fusión de dos sangres guerreras y apasionadas. Vendavales trágicos y sosiegos íntimos. Pólvora. Los
caballos tascan los frenos polvorientos y las armaduras de los combates fulgen
al esplendor de batalla.
Después de siglos de cultura y signos étnicos que
perduran aun estas fiestas tan
parecidas en su sabor a las africanas.
He vuelto al escribir, a sentir las delicias melancólicas, de recuerdos de días
pasados, días de juventud, de viento, de noches de luna.
Las
voces de los recuerdos.
Son versos que rezuman la esencia de un tiempo de dicha absoluta que vivieron corazones y
almas puras, bajo el imperio de
la media luna en aquellos dorados tiempos del ayer. Purpura y néctar en esta medina de Bitrir,
ayer en fiestas, fruto de aquel episodio
llorado por la morisma que todavía envuelve
el espíritu sagrado recordando el
antiguo Bitrir.
Desde
las tierras de la otra orilla,/ nuestra nostalgia se hace verso: La dulce
patria donde corrían ríos de agua, vino y miel./Todos los placeres se daban cita en ella, las comidas, las
bebidas y perfumes./ Las veladas de placer. Las tertulias, el amor…/ Todo el
tiempo era una fiesta continua. La noche de bodas, la vida un sueño perpétuo.
----“Convertido
en esclavo/ marcha al destierro./ Le acompaña Rumaykiyya./ Todos se inclinar ante su bravura./Lleva el León de
Oriente/ furia y pesar en el corazón,/y gumías, de nieve en el cabello”…
”Recuerda su infancia en Silves./ Huertos con pájaros como lirios/. Las
mejillas de las amapolas./ Árboles que
deslizan el rocío…””...Camina
engrillado/ bajo la tristeza de su pueblo./Entona la melodía de los
naranjos./lleva en su rostro el orgullo del olivo./ En los campos de África/
mira los vuelos libres/ de perdices y tórtolas.
Las voces
de los recuerdos. El rey y su amada
inician el romance, en una dimensión
cósica, lumínica, paradisiaca; se aman entre viñedos de astros. Se
derrama la luz/ sobre los azahares/ y el gozo queda/ en la melodía de la
floresta.
Los murmullos de los juncos/ rememoran el paraíso de
las corolas/.. De la boca del poeta/ fluyen jarchas de amor,/ que cantan los
pájaros/ sobre las filigranas del horizonte.
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