FRANCISCO MAÑEZ INIESTA
Gent de Petrer, no es libro como los demás que guardan en nuestras bibliotecas que lo sacamos de los estantes para leerlo o consultarlo. Este libro será muy difícil que esté guardado en nuestra biblioteca, porque a sus personajes, la gent de Petrer, seguimos oyéndoles con sus risas y sus enfados.
Están vivos, sí viven en nosotros, estaban en nuestro corazón y gracias a este libro, seguimos oyendo sus voces, sus risas sus dejes, sus o sus cabreos...Leyendo este libro volveremos a escuchar las sirenas de las fábricas de calzado de LUVI y García Navarro, anunciando la entrada y salida del trabajo, llenando la calle de Gabriel Payá de hombres y mujeres cuando este pueblo iniciaba el despegue de la industria del calzado.
Si bien en el pueblo nos conocíamos casi todos de una forma directa o indirectamente, el libro nos aclara las dudas que teníamos, pues los autores detallan parte de la vida que les llevó a cargar con un apodo. Apodo que terminó configurando una estirpe local que enorgullece a sus poseedores acompañándoles durante toda la vida.
El libro nos da a conocer como grandes emprendedores sin estudios pero con mucho impulso y espíritu de trabajo iniciaron grandes fábricas de calzado, como los hermanos Villaplana, Eliseo Poveda “Lito” un amante del futbol con mucho futuro o la familia de la marca “Hispanitas” empresas de familias de emprendedores locales cuyos fundadores sentaron las bases socialdemócratas para resistir los embistes de las políticas que han llevado la ruina a sectores que fueron ejemplo de trabajo y concordia sectorial.
También nos volverá a recordar a “Pepica” la curandera que de niños nos curaba mediante plantas medicinales, agua y oraciones hasta que falleció a los 83 años con un bagaje de curas muy notorio en toda la provincia. Nombres populares por todo el pueblo como “Fasio” el amigo de todos, también el donjuanesco “Barril”, con su traje corbata, gorra, sus dos pares de gafas de sol y bastón todo un poema y otros hasta 482 apodos, tarea impagable que nos vuelve a conocer mejor la historia íntima de familias con apodos de este pueblo.
Este libro estará ya siempre junto a nosotros que por la edad los conocimos a casi a todos. Con ellos desfilamos en la fiesta nos saludamos cuando nos cruzábamos por la calle, o les comprábamos los torraos o las habas hervidas en estos días de invierno en el puesto de la puerta del Cine Cervantes como el Tío Enrique “Coxa”y su adorable mujer Antonia. También escuchando la portentosa voz del tío “Caball” hablando de su comparsa, o la voz muy educada dándonos los buenos días del cartero Pascual, cuando con su cartera llenas de cartas se cruzaba por las calles del pueblo repartiendo el correo del día.
La gran cantidad de apodos que nos cuentan sus jocosas historias de vecinos nos dice que este pueblo es muy sano, Pues el humor es la clave de todos los apodos, cuyo resultado es que tenemos un pueblo cuya salud cívica es extraordinaria.
Es un placer tener la oportunidad un felicitar a sus autores sobre todo a Vicente Maestre “Titin” cuya tarea empezó anotando nombres y a Luis Rico que la continuó la ardua al visitar a las familias recabando la información de cada apodo, fotos y recuperación de imágenes muy antiguas, desarrollando un trabajo de diez años, convirtiendo en realidad el sueño del amigo “Titín”.
Este libro se agotó enseguida, por eso , ahora ante la adversidad que nos acecha debemos de reponerlo para que nunca nos falte en las casa nuestras, pues a pesar de muchas ausencias , será el testigo humano que siempre acompañará a las generaciones futuras en la memoria del pueblo .
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