"Dentista gratis": el ambicioso proyecto de
Sanidad que tumbó la pandemia, vuelve a la casilla de salida
- El
Gobierno ha dispuesto 49 millones en los presupuestos para ampliar el
catálogo de tratamientos bucodentales, pero los expertos advierten que
estamos lejos de tener un servicio de "dentista gratuito", ya
que requiere tiempo y mucho más dinero
- — Garzón anuncia que el Gobierno
negocia ya incluir la salud bucodental en las coberturas de la sanidad
pública
Foco
6 de diciembre de 2020 21:36h
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El que fuera buque insignia del Ministerio de Sanidad
antes de que la pandemia se lo llevara por delante ha vuelto a flote esta
semana. Lo ha hecho de la mano del ministro de Consumo, Alberto Garzón, que
anunció ante el Senado que el Gobierno está trabajando ya sobre uno de los
puntos del acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos: incorporar los
servicios bucodentales al Sistema Nacional de Salud.
Después del cierre de la red de Dentix, que ha dejado
a cientos de miles de personas endeudadas por costearse un tratamiento que no
han recibido, Consumo ha decidido acompañar a los afectados en la defensa de
sus derechos. Los escándalos con las franquicias de dentistas low-cost no
son nuevos en nuestro país, pero el Gobierno confía en que desaparezcan con el
plan de asistencia dental pública. "Esto es lo que resuelve el problema de
raíz", insistió Garzón en el
pleno del Senado.
La COVID-19 ha acaparado los recursos y la atención
del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, el proyecto se encuentra actualmente
sobre la mesa del ministro Salvador Illa, según admiten fuentes de su
departamento que no precisan más. Cuentan, eso sí, que disponen de una partida
de 49 millones de euros en los Presupuestos Generales de 2021 para ponerlo en
marcha y que seguirá la línea trazada por María Luisa Carcedo, anterior titular
de Sanidad y fiel valedora de la salud bucodental para todos.
Por su parte, en Consumo confiesan que la negociación
se encuentra en un periodo incipiente y en la que ellos solo participarán para
garantizar que no se repitan episodios como los de Dentix e iDental. Lo que sí
reconocen ambas carteras es que la intención es incorporar progresivamente cada
vez más servicios dentales a la sistema público, que ahora mismo cubre
tratamientos de procesos agudos, como infecciones e inflamaciones, así
como revisiones para mujeres embarazadas y extracciones -incluidas
las quirúrgicas- de piezas que no estén sanas. Por lo tanto, ¿se encamina
España a ofrecer un servicio de dentista gratuito? Los expertos no están tan
convencidos.
La
idea es sumar progresivamente servicios a la sanidad pública que ahora mismo
cubre infecciones e inflamaciones, revisiones para mujeres embarazadas y
extracciones de piezas no sanas.
"49 millones de euros es una cantidad
verdaderamente insuficiente: tocamos a poco más de un euro por español al
año", expresa Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas y
principal defensor de este proyecto. "En 2019 nos dirigimos a todos los
partidos políticos para demandar que este servicio fuese público gobernara el
que gobernara, porque provoca unas desigualdades que están fuera de toda lógica
en un sistema sanitario como el nuestro", valora. Carcedo se sumó
rápidamente a su propuesta y con ella empezaron a fluir las ideas para que la
boca dejase de ser la "gran olvidada" del Sistema Nacional de Salud.
La enfermedad más
extendida del mundo
Lo primero que lamentó María Luisa Carcedo a su salida
del Gobierno en 2020 fue que no le diera tiempo a implantar un ambicioso
proyecto de salud pública. "Con el grado de desarrollo que tiene la
sociedad española no podemos seguir sosteniendo que las personas con menos
recursos no puedan atender todas las necesidades de su salud
bucodental", dijo la por entonces
ministra de Sanidad. Y las estadísticas lo sostienen.
Cada español paga de media 305 euros al año por
tratamientos dentales, una cantidad que muchas personas no se pueden permitir,
con lo que el monto real por persona asciende todavía más. De hecho, mientras
que en Europa el 57% de los ciudadanos acude al menos una vez al año al
dentista, en España este porcentaje desciende al 43%. Además, el 95% de los
adultos españoles tiene caries y 8 de cada 10 padecen enfermedades periodontales
según el último Eurobarómetro.
"La enfermedad más extendida del mundo es la
caries", señala Óscar Castro. Por eso, su cuidado y el de las endodoncias
(su consecuencia) son los servicios que este dentista considera prioritarios en
todo buen sistema de salud público. No obstante, cree que el plan de Sanidad
debería centrarse en prevenir más que curar. "Por cada 20 euros que paga
la administración o el ciudadano por un tratamiento, se invertiría solo 1 en su
prevención", calcula y, aun así, las cuentas no saldrían si solo se tienen
49 millones de partida.
El Colegio General de Dentistas apuesta por un modelo
de incorporación progresiva como el de Francia o Alemania, que asegure la
asistencia a los más vulnerables en lugar de ampliar su catálogo de servicios.
"Hay que saber por dónde se empieza, nosotros apostamos por los niños, los
ancianos y las personas discapacitadas. Si tienes unos niños sanos, tendrás
unos adultos sanos", asegura Castro. En cuanto a la fórmula, cree que
sería necesario aplicar la ley del sistema de cohesión sanitaria también para
la boca. "Ahora mismo tenemos 17 sanidades distintas, de las cuales solo 9
tienen un plan de asistencia infantil, con lo que cuidamos a los niños
dependiendo de la comunidad autónoma en la que nazcan", cuenta el experto.
El modelo PADI:
atención para niños
En España se ha extendido desde hace años el
denominado programa PADI. Se trata de un sistema de financiación pública en el
que el grueso de la atención lo realizan dentistas privados concertados que
establecen tarifas fijas para la atención general de los niños y otras pactadas
para algunas prestaciones especiales. Las primeras que lo implantaron fueron
Euskadi y Navarra. Como se observa en el mapa anterior realizado por la Revista del Ilustre
Consejo General de Dentistas, después se sumaron Andalucía, Aragón,
Baleares, Canarias, Extremadura, Murcia y, por último, Madrid en 2018. Los
datos son del 2015 al ser el último año del que se tienen actualizaciones en el
INE. Los expertos creen que este es el modelo que hay que tomar de referencia
en el plan de salud bucodental público para adultos. Pero se necesita tiempo y
mucho más dinero.
"Es obvio que tienen que externalizar el
servicio, porque ahora mismo Sanidad no tiene recursos, personal ni instalaciones
suficientes. La idea sería que colaborasen con clínicas privadas en la que
odontólogos se apuntasen de manera voluntaria y se adscribiesen al convenio,
como ya ocurre en Madrid con el PADI", defiende Antonio Montero,
presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Madrid (COEM).
Lo único que pide el COEM y el Consejo General de
Dentistas es que haya una transparencia absoluta en la concesión de los
convenios, algo que Óscar Castro da por seguro porque "una privatización
dirigida por un gobierno progresista sería un disparate". Montero, del
COEM, no pone la mano en el fuego y pide que no se entregue "con
exclusividad a una cadena de clínicas". En Madrid, por ejemplo, hay 90
clínicas adscritas al convenio PADI con la Consejería de Sanidad que reciben a
niños desde Atención Primaria y les ofrecen unos servicios con tarifas fijas
que después paga la administración.
Algo parecido funciona
también en Barcelona a nivel municipal y para todas las
edades. El catalogo del nuevo servicio odontológico que inició la alcaldesa Ada
Colau el año pasado incluye extracciones, periodoncias, higienes dentales,
obturaciones, endodoncias, prótesis removibles y fijas, férulas y ortodoncia.
En base a datos de Facua, estas tarifas son un 13% inferiores a las de mercado
con respecto a las obturaciones, un 30% por las endodoncias y un 43% por las
higienes bucales.
¿Sale rentable? "Los tratamientos se cobran
aunque sea a un poco menos que el precio de mercado, pero se cobran. Es un
valor seguro para la clínica", dice Montero. "Se aseguran un cliente
y, si lo hacen bien, la familia normalmente les elige también para los adultos.
Se dan a conocer", cuenta Antonio Montero, y así "lo que pierden por
un sitio, lo ganan por el otro". Ahora bien, desconfía en que vaya a ser
tan efectivo en el caso de la atención pública para todos los adultos:
"Esto es un globo sonda publicitario para que la población tenga la
sensación de que el dentista va a ser gratis, y eso no va a ocurrir
nunca", pronostica.
"El problema que tiene España es económico. Es
imposible dar cobertura bucodental completa a toda la población, sería
equivalente al gasto que hay en toda la Sanidad nacional", piensa el
portavoz de la COEM. Por eso, al igual que el Consejo General de Dentistas cree
que se debería establecer en un primer momento por grupos más vulnerables.
"La población mayor con pensiones bajas, por ejemplo" apuesta y, en su
opinión, el plan "debería incluir servicios odontología básica,
obturaciones, endodoncias y prótesis simples para poder sonreír y acceder a un
puesto de trabajo".
"Cada año, por desgracia, todos los gobiernos
prometen lo mismo, cuando es muy difícil cumplirlo", resume Antonio
Montero. Por su parte, el presidente del Consejo y dentista de la sanidad
pública, Óscar Castro, cree que antes de hablar el Gobierno "tiene que
empezar a legislar". "No se ha intervenido nada en la salud
bucodental en casi 40 años", critica, "no vale con decir que el
dentista es muy caro, porque el dentista son materiales y son profesionales
bien formados".
En opinión de Castro, el anuncio de Garzón ha sido
abrupto porque genera unas expectativas que en la práctica conllevará años
ponerlas en marcha. "Consumo debería centrarse en intervenir los
monopolios empresariales que hay en la salud dental, que de la boca de los
españoles se tiene que encargar el ministerio pertinente y Salvador Illa".
AMEN.
Archivo: Francisco Máñez Iniesta
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