Francisco Máñez Iniesta
Esta sección tiene
como objetivo mantener la
memoria de nombres
que dejando huella,según nuestro
conocimiento, durante el tiempo
en que vivieron amando
a nuestro pueblo dejando
lo mejor de
sí mismos.
Francisco
Máñez Iniesta
Atardecer del día 18 de Junio del infortunado año 2017
Entre el cielo y
la tierra….
Evocación…
Juan Miguel Martínez
Este año también las fiestas de Octubre, y las próximas venideras, volverán a ser tristes, ante la ausencia y el
recuerdo de Juan Miguel Martínez.
Su recuerdo renace
pervive, ante su precioso legado
siempre nos acompañará como todos hubiésemos volado con él
al cielo y desde allí contempláramos la
grandeza el precioso paisaje que nos conmueve. Juan marcó un hito como persona,
pues siempre se
ofreció a subir a sus amigos
que valientemente le pedían
acompañarle en paseo por las nubes .Compartir con él
la emoción de ver nuestros
paisaje y monumentos desde todos
sus preciosos ángulos.
El
sueño de volar tan propio de los niños con imaginación, anidaba en su alma y se materializó cuando ya de mayor
se alistó voluntario a la brigada paracaidista, cuyos recuerdos también
inolvidables le acompañaron durante toda su vida, cuando tuvo
la ocasión de volar en su primer viaje
con hacia el cielo con un ultraligero con su
amigo José Rico Amorós. También
dado a volar con un parapente por
los cielos cuando soplan los vientos.
Juan
Miguel, alguien que te quiso mucho, dijo que tu
destino había sido injusto contigo. Tú que tanto
nos distes a todos lo mejor de tu
bondadoso corazón, que fue también la cuna
de tus inusitados sueños que
dejaron de palpitar, desolados rotos ante el dolor ante tu injusto destino.
Solo un golpe mortal
como el que se cruzó en tu camino ajeno
a tus cálculos, a tus hermosos sueños,
podía sorprenderte ante tu muerte, como ocurrió, pues tenías muy evaluadas todas las
posibilidades que podría tener si tu
“aeronave” te fallaba alguna
vez; podrías descender con la suavidad que aprendiste en el ejército
cuando te lanzabas desde el avión con
paracaídas. Cuando te hablábamos del peligro
que corrías volando,
tu apacible sonrisa callaba.
Sabía que serían las alas del
ala delta, en su descenso, serian
tus ángeles las que actuarían
planeando con precisión.
Tu
amor por la imagen te llevó a encontrarte con el arte fotográfico y juntos imprimisteis las imágenes más bellas y espirituales jamás soñadas de
este pueblo al que con tanto amaste,
magnificando desde los cielos
multicolores, nuestras de nuestras señas
culturales como la fortaleza
musulmana y cristianas ermitas y templos
como el mejor servidor que disfrutaba sirviendo; aventando las quimera de
quienes soñaron en volar por el espacio, cerca de nuestros paisajes , entre montañas y campos, y
atardeceres arropados con los
colores del arcoíris que nos recuerda
cada día el fin crepuscular, de la vida
que nace y muere constantemente
y tú, pacientemente retenías los
paisajes más hermosos, colmados por
tus sueños sublimes que entonaban la canción de tu vida .
De
ti han contado las mejores cualidades, y
la mayor fue tu amor y
bondad de tu humanidad…
y tu gran vivacidad… y tu mayor
sabiduría, pues conocías el néctar del sabor del hacer el bien, que te
llenaba de felicidad y te acercaba
al cielo como la tierra.“No
merecías un final así”… escribió
otro buen amigo tuyo y todos
los que te queríamos también lamentamos. El impulso de la desdicha cruzó
la última línea de tu vida en el preciso tiempo que el destino cruzo la línea en el mismo instante.
Fatalidad que llenó el valle de dolor. El sagrado valle por
el que con
tus alas sobrevolabas y fotografiabas ante
la sana envidia de sus vecinos de Monóvar
Elda y Petrer desdela mole de la
montaña mística de la
noche de reyes de Bolón, al deslumbrante monte del
Cid que tanto alabo nuestro
poeta Paco Mollá: cunas de Elda y Petrer, cunas de las culturas donde
nacerían tus hijos y tu amor por este valle donde te consagraste para la eternidad.
En
ningún lugar de este valle hermoso sonó tu última hora, cuando
el golde deun relámpago tenebroso se cruzó en tu vida iluminando tu último adiós,
la meta del fin de tu
destino , truncando la ilusión por tus grandes sueños de futuro…
mientras tu cuerpo y tu alma nos dijo adiós para
siempre. Dolor amargo de este
pueblo, que junto a toda tu gran familia elevó las alas de tu obra llena de pasión que , como tú nos
enseñaste, elevamos a los cielos con nuestros sueños alas futuras
generaciones de fotógrafos. Las verdaderas gestas de tu
vida florecen y continúan
perfumando el nacimiento de la belleza, y de las nuevas rosas que
nacen cada año.
Además
de la histórica gesta de la fotografía que tu presidiste y encarna el hito cultural más importante de la
vieja historia de la fotografía local, es el mejor elogio y grandeza de nuestra
cultura, que sigue siendo un club fotográfico uno de más importante a nivel nacional dignificando
este pueblo que, pues es
muy difícil elevarse tan alto
como tú hiciste, honrando la historia de la fotografía de este pueblo que enamoró a buena parte de la juventud y senectud de cada generación que
elaboró la historia de este pueblo , porque es verdad que en
la contemplación de las viejas
imágenes se vuelve a
vivir.
La
luz de innumerables flaxes, iluminan tu recuerdo, y los sollozos aquella noche dolorosa
noche de doliente por tu ascensión como el fotógrafo
de los cielos, porque nadie como tú sintió la emoción de contemplar las diferentes luces multicolores del día
que asoman por el monte de Cid o Bolon con su cambiante paisaje
desde las potentes luces a las del alba y crepúsculos radiante ,
suaves y dulces místicos de las horas
del emocionate crepúsculo , antes de que la noche cubra, con su manto
estrellado el cielo mostrándonos millones de luzecitas oscilantes
marcando los cominos cósmicos que todos recorreremos.
Ahora
después de tu regreso al más allá, queremos
soñar, que allí donde te encuentres, tú amor a la belleza producirá el milagro donde el día apaciblemente, se funda amorosamente con la noche, donde el
gran espectáculo estelar de millones, vías luminosas
siembran el brillante cosmos. Junto las
moradas divinas, donde el alma de los poetas puros que cantaron a la vida ante la
contemplación de las estampas más
sublimes y radiantes de los pueblos de este mundo que compartiste con todos nosotros, los que al
mirar hacia a arriba esperamos que la
gracia y justicia reine en el mundo regado por las lágrimas de tanto dolor y
equidad.
Ni la vida
ni el cielo, fueron justos
contigo cuando tu destino, en el momento crucial de tu adiós a la vida, fundido
con el viento te fundió con el dulce crepúsculo con la eternidad, y tu
recuerdo generoso que inundó este valle con tanto amor.
Amigo Juan Miguel siempre vivirás en nuestro recuerdo.
Amigo Juan Miguel siempre vivirás en nuestro recuerdo.
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