HACE
56 AÑOS
Extracto del Pregón De Francisco Máñez, miembro del equipo fundador
del primer pregón, pronunciado en el
año 2003, acompañado por una orquesta en el Teatro Cervantes.
…Imaginad una mañana tibia a principios de la primavera del año 1822.
En la casa de uno de nuestros campos, la abuela atiza el fuego que
calienta lentamente el puchero de barro,
con aroma humeante a " olleta de
verdures " junto a una gran mesa y
dos bancos de obra laterales que en las
noches de mucho frío, y escaso plato, se convierten en cama caliente.
Encima de una silla trenzada de esparto, hay unos pantalones bombachos verdes que necesitan urgentemente
ser repasados antes de las fiestas... Por la ventana se ve florecer el almendro
que despierta de la larga noche del invierno emanando su delicado perfume que
aromatiza la tibia mañana del plácido valle.
El abuelo regresa de la sierra del caballo con sus dos nietos muy
contento,
Incluso más que los niños que no salen de su asombro, pues por primera
vez acaban de ver la huella " la
pota " del caballo Babieca Asombro que le recordó, también la primera vez
que entraron al viejo castillo de los moros. El abuelo sabe, que mientras los
niños del pueblo sepan dónde está la
"pota de Babieca" nunca olvidaran su tradición
El abuelo tiene prisa, pues a de acabar la “faena” temprano para
bajarse al pueblo, pues una importante reunión
ha de tener los labradores del pueblo, que desde tiempo inmemorial
vienen celebrando la FESTA DE SAN BONIFASI. Ellos, han de confeccionar un
reglamento que garantice la consecución de la fiesta en el pueblo, pues malos
tiempos corren por las viñas del Señor.
El reglamento establecerá Derechos y deberes, y
entre otras cosas, que el gasto no se exceda ni sea impedimento para nadie que
tenga que renunciar a la fiesta cuando
le toque, porque cuanto más alto pongamos el listón menos serán los que lo
puedan alcanzar y la fiesta es del
pueblo, es de todos, y de cada uno de sus hijos. y para eso han sido
convocados los más sabios, los que más
saben de los daños que causan la escasa convivencia, el desarraigo de las
gentes y la falta de alegría en el corazón de las gentes del pueblo.
También, han de reconocer en el documento los favores del Santo que
les mantiene la esperanza ante la desesperación del desamparo. Para que nunca
le falte cera y oraciones, y siga
protegiendo las cosechas cuando
aparecen las temibles nubes negras que suben desde el poniente. Por eso
han convocado a los abuelos, que son como patriarcas, y no a sus hijos, que en
la fiesta no piensan más que el
disfrute, sin reparar en gasto alguno... que buenos están los tiempos de
enfermedades y miserias... que si no fuese al cabo del año por las sisas de la
abuela en aceite, harina, azucares y algunas monedas y demás
menesteres al poner la mesa todos los
días, habrían habido más años sin fiesta de los que hubieron.
Este fue un momento determinante que estableció la
Continuidad de la fiesta. ¿Qué hubiese sido de la convivencia y de la alegría?
¿Qué sería de este pueblo y de nuestras lágrimas de felicidad sin el
esfuerzo de ellos?
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