Nunca la historia de local de nuestros Moros y Cristianos podrá olvidar a Hipólito Navarro, pues su persona y su huella cultural, marcó un antes y un después , en nuestra centenaria fiesta de Moros y Cristianos y demás fiestas de su pueblo.
Selección. Francisco
Máñez Iniesta
HIPOLITO NAVARRO PROCLAMANDO
“LA FIESTA GRANDE”
Pero como hemos
dicho, la fiesta grande por excelencia es la celebrada a su Patrón San Bonifacio,
en los días del mes de mayo, con sus moros y cristianos. En estos días, Petrer
cambia de fisonomía, se transforma, se ilumina, es la fiesta multitudinaria y
alegre por excelencia como hemos apuntado. En ella, Petrer vibra con nueva sensibilidad.
La muchedumbre irrumpe constantemente en sus calles, dándole un encanto que
sólo entonces, nada más que entonces, se manifiesta en una alegría y hermandad
poco común en las demás festividades: son sus moros y cristianos.
Un mes antes,
poco más o menos, de esta celebración, se nota, se palpa, un fervor de
aconteceres que ya no terminará hasta el final de la fiesta grande: el Pregón,
un derroche de belleza y el Día de las Banderas, que son sus prolegómenos en
que ya empiezan las comparsas la gran manifestación con atruendo de arcabucería,
y el saludo de su Patrón allá en la Ermita donde durante un año estará San Bonifacio
esperando su celebración.
Existe documentación concreta en el año 1821 en que anuncian su celebración como desde tiempos Inmemoriales. Pero... digamos cómo es en la actualidad.
Toda celebración
de moros y cristianos dentro de nuestra área valenciana, aunque en el fondo
aparecen iguales, tienen sus particularidades y Petrer no podrá estar exento de
las suyas. Aquí, aparte de la vis5(tosidad, la pulcritud de las comparsas y sus
festeros, el colorido particular que da la luminosidad del mes de mayo, la
alegre seriedad -como dijo un visitante- de los desfiles, la puntualidad y el
humor socarrón de sus gentes, da unos matices muy propios de la personalidad de
nuestro pueblo. Pero si unido a todo esto añadimos el encanto, la alegría y juventud,
el porte y el entusiasmo de sus Abanderadas, es el colofón máximo de una
celebración poco común entre todas las conocidas.
Son ya famosas
nuestras fiestas por el encanto de sus mujeres, su colorida y pulcra
vestimenta, su juventud y su belleza (¿por qué no decirlo?), la figura
encantadora de las Rodelas y sobre todas ellas, las Abanderadas, figura enaltecida
llena de vistosidad y alegría, sin par, en cualquier fiesta. Por eso, el pueblo
y los festeros las veneran, las distinguen, las respetan y las consideran como
el símbolo fundamental de nuestra extraordinaria fiesta. En todos los actos es
la figura central junto con los capitanes y rodelas, y a nadie se nos ocurre
establecer parangones en su breve y emotivo reinado.
¿Cómo describir
nuestras Entradas, los desfiles, las bajada y subida del Santo desde y para su
Ermita, el desfile de Honor, las Guerrillas y Embajadas, las solemnidades litúrgicas,
la excelsa Procesión...? ¡Ay, de tanto como las hemos sonado y vivido, no
podemos hacerlo en tan breve espacio...!
Viajero, si no
conoces Petrer en sus fiestas de Moros y Cristianos, visitarnos.
Aquí encontrarás gentes sencillas, nobles y
acogedoras que, afectuosamente, te esperan. No te arrepentirás.
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Hipólito
NAVARRO VILLAPLANA fue Presidente de Honor de la Unión de Festejos
San Bonifacio Mártir.
“TEXTO
GENIAL”. Fecha de su
proclamación, ignorada.
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