viernes, 23 de mayo de 2025

Cuando hay emocion, hay futuro

 





Las fiestas de Moros y Cristianos de Petrer 2025 pasarán a la historia como una celebración donde la emoción se convirtió en motor de unidad, belleza y compromiso colectivo. En cada acto, en cada rincón, en cada gesto compartido, se respiraba algo más que fiesta: se respiraba futuro.

Desde el 14 de mayo, las calles comenzaron a llenarse de festeros que, entremezclados, ascendían juntos hacia la ermita para rendir homenaje a San Bonifacio. Fue una imagen poderosa: generaciones distintas compartiendo fe, camino y orgullo, como marca nuestra tradición.

El jueves por la tarde, la recogida de bandas marcó el inicio formal de la fiesta. Nuestras agrupaciones locales —la Asociación Musical Virgen del Remedio y la Sociedad Unión Musical— dieron la bienvenida a las diez bandas que acompañaron a cada comparsa. Una escena emocionante, que nos recordó que la música es esencia, es identidad y es fuerza festera. Apostar por una buena banda no es un gasto, es una inversión en dignidad, en espectáculo, en comunidad.

Y entonces sonó el pasodoble “Petrel”… y todo cobró sentido. Festeros que se abrazaban, ojos brillantes, sonrisas cómplices. Porque ese himno no solo une comparsas: une corazones.

El viernes, en las recogidas de los cargos festeros, el sentimiento alcanzó su cima. A cada salida de casa, la emoción era general. Lágrimas sinceras, abrazos sin palabras, miradas que hablaban por sí solas. La ilusión festera, hecha realidad.

Las Entradas, como colofón, fueron brillantes. Pero más allá del boato y la puesta en escena, destacaron por su solidaridad. La participación de la Sociedad Musical de Catarroja, representando a los pueblos afectados por la DANA, fue un gesto que engrandeció aún más nuestra fiesta. Porque cuando la fiesta se abre al mundo, la fiesta también cura, acompaña, abraza.

Estas han sido unas fiestas de crecimiento, participación y emoción. De reafirmación. De orgullo compartido. Unas fiestas que nos dicen que la tradición no es un freno, sino un trampolín. Que cuando la emoción está presente, el futuro es posible.

Gracias a todas las comparsas, a cada festero y festera, a las bandas, a quienes trabajan en la sombra, y a todo un pueblo que sigue demostrando que la fiesta es algo más que una celebración: es una forma de ser, de vivir, de construir comunidad.

Porque cuando hay emoción, hay futuro. Y el futuro de nuestras fiestas se escribe con mayúsculas.


Pablo Carrillos Huertas

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