sábado, 23 de agosto de 2025

Apagar el televisor como protesta

 



Reflexión sobre la presencia de un equipo israelí en la Vuelta Ciclista a España

Hoy arranca la Vuelta Ciclista a España, uno de los grandes espectáculos deportivos que sigo cada año con entusiasmo. 

El ciclismo representa esfuerzo, solidaridad y superación; valores universales que deberían ser un puente entre pueblos. 

Sin embargo, esta edición me genera un profundo malestar: entre los participantes figura un equipo de Israel, justo cuando la ONU denuncia de forma contundente la hambruna, las matanzas y la represión sobre miles de niños y familias palestinas en Gaza, bajo el pretexto de combatir a Hamas.

El contraste es insoportable. No puedo evitar rebelarme al ver cómo un país que sufrió en su propia carne la barbarie del nazismo reproduce hoy contra Palestina horrores similares. 

La memoria debería servir para impedir que se repitan las guerras y sus tragedias, no para justificar nuevas.

Las democracias estan manejadas con bulos y falsas noticias que convencen y llevan a colocar gobernantes elegidos en las urnas, sí, pero que toman decisiones alejadas de los valores constitucionales y los principios universales de la dignidad humana

Esta deriva me preocupa y exige que la ciudadanía no calle.

Yo, en mi pequeña parcela de espectador, he decidido que cuando vea a los ciclistas israelíes rodar por nuestras carreteras, apagaré el televisor

Es un gesto mínimo, pero simbólico: no pienso normalizar la impunidad ni premiar con indiferencia a quienes hoy siembran dolor y muerte.

El mundo necesita alzar la voz. Las naciones no pueden seguir mirando hacia otro lado mientras la historia vuelve a repetirse. 

Porque callar, al final, es convertirse en cómplice.

Pablo Carrillos Huertas

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