Maite Maestre García
RAMONA GARCIA 1905 |
La exposición fotográfica, …y
nosotras también. Hacemos la historia de la fiesta de Moros y Cristianos, organizada
por la Concejalía de Igualdad e Inclusión Social del Ayuntamiento de Petrer nos
invita a realizar un análisis de las fiestas de Moros y Cristianos desde la
perspectiva de género, es decir, estudiar el grado de participación e
integración de la mujer y el hombre en nuestros festejos. No obstante, analizar
las fiestas desde este punto de vista puede llamar la atención para el que las conozca
bien ya que actualmente ambos géneros están bien representados en ellos. Pero
debemos tener en cuenta que todos los aspectos de nuestra sociedad, incluido el
folclore, pueden estudiarse desde este prisma. La intención última de este
enfoque no es poner en evidencia las diferencias entre hombres y mujeres, sino
poner en valor el lugar en el que está cada uno y ver las carencias de género
con el fin de conseguir que no exista desigualdad entre ellos.
Fila Negras en 2012(celebración de 50 aniversario) |
En primer lugar, deberíamos destacar que el inicio de los Moros y
Cristianos fue a modo de soldadesca con actos de alardo con motivo de la
festividades dedicadas a los patrones de Petrer que con el tiempo
desencadenaron en la representación de la Reconquista con el enfrentamiento de
dos bandos. Durante el siglo XIX la presencia de las mujeres en aquellos actos
de tiro era en el papel de cantineras, repartiendo licores y pastas, entre los
tiradores. Por aquel entonces, los hombres de mayor edad portaban los
distintivos de las comparsas. Las jóvenes cantineras se colocaban cerca de los
abanderados y en ocasiones se ofrecían a ayudarles a portar la bandera con el pretexto
de que descansaran un rato.
Con el tiempo, las fiestas fueron llenándose de contenido y los actos
de pólvora dejan de ser el elemento principal. No fue hasta 1905 que una mujer
portó una bandera de forma oficial en la comparsa de Moros. Ramona García
Brotons, comúnmente conocida como la Tía
Ramona fue quien dio el primer paso para la principal transformación de las
fiestas de Petrer. Son este tipo de decisiones valientes las que marcan los momentos
históricos y generan los cambios. A partir de ese momento muchas mujeres
quisieron ser abanderadas como la Tía Ramona. Hasta mediados del siglo XX
convivieron los dos géneros como abanderados hasta que se impuso la mujer convirtiéndose
en el centro de nuestra fiesta.
Si dirigimos nuestra mirada hacia los últimos 60 años vemos como
la mujer se ha incorporado poco a poco a otros aspectos de la fiesta en los que
no tenia presencia, como por ejemplo, la creación de filas femeninas o en las labores
gestoras. Es característico ver como los Moros y Cristianos han ido avanzando
al mismo tiempo que las libertades sociales en nuestro país. Por ello, sería
interesante destacar los momentos en los que la mujer ha dado el paso y ha
ocupado el lugar que hasta el momento era desempeñado exclusivamente por
hombres.
Por ese motivo, es fundamental destacar a la fila Negras que se
constituyó en 1962 siendo las primeras mujeres que se unieron como fila. La
novedad que supuso su incorporación a la fiesta en otro rol que no fuera el de
abanderada, les causó algún contratiempo. En el artículo escrito por ellas y
titulado Nuestra querida fiesta, en
la revista de su 25 aniversario, relatan como fueron sus inicios fiesteros “haciendo
caso omiso, empezamos a organizarnos como filada y, poco a poco, intentar
dejarnos oír como cualquier comparsista más; sin pensar en lo que esto tenía
que desembocar, lo hicimos por amor a nuestra querida fiesta y pensando en la
mujer de la cual los petrerenses se sienten tan orgullosos como Abanderadas
(todas no pueden ser). Tenía que haber un sitio que no fuese el balcón”. Su
actitud audaz desde el inicio les ha convertido en una institución de nuestra
fiesta. Son admiradas por haber hecho “caso omiso” y allanar el camino a las
siguientes generaciones de mujeres.
Mª Carmen Andreu, primera presidenta de comparsa |
Un par de décadas más tarde, en 2010, Teresa Villaplana Colomer, fue
la primera presidenta de la Unión de Festejos. Durante cuatro años dirigió la
máxima entidad de los Moros y Cristianos de Petrer con sentido común y respeto
a las tradiciones propias de nuestra localidad. Es una mujer comprometida y
apasionada de la fiesta que supo imprimir a la Unión de Festejos “un cierto
toque femenino” como decía ella misma en una entrevista publicada en la revista
de fiestas de Moros y Cristianos de Petrer.
La labor de integración que estas y otras muchas mujeres han hecho
a lo largo de estos últimos 60 años ha sido fundamental para visibilizar y normalizar
la presencia femenina en nuestras fiestas. Debemos tener presente que casi
todas han dado pasos adelante con el pleno convencimiento de que era el momento
de hacerlo. Además, muchas de ellas no han encontrado grandes impedimentos y
han sido muy respetadas por tomar las riendas de las fiestas.
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