miércoles, 12 de octubre de 2022

proyecto para la creación del MUSEU DE LES FESTES

 


Esbozo del proyecto para la creación del

MUSEU DE LES FESTES









Autor: Antonio Navarro Bernabé

MUSEU DE LES FESTES PARA PETRER



¿Por qué interesa crear este museo?


Petrer cuenta con un magnífico museo arqueológico y etnológico, el Museo Dámaso Navarro, con unas maravillosas instalaciones y que, ahora, con su ampliación, afronta la posibilidad (como ha comenzado a hacer), de realizar exposiciones temporales, objetivo absolutamente imprescindible para que un museo se mantenga permanentemente vivo, ya que lo contrario puede convertirse en un espacio muerto que, poco a poco, y a medida que se va cociendo, va perdiendo interés y atractivo.

La dirección del actual Museo Dámaso Navarro, está siendo la adecuada y ello viene a potenciar el incremento de visitantes que en los últimos tiempos están llegando a Petrer.

Si a ello unimos el bien conservado casco histórico de nuestra población, con su castillo al frente, el atractivo turístico es innegable.

Pero, obviamente, cuando se trabaja en proyectos que hagan atractiva la visita turística a Petrer, conviene que nos dotemos de elementos interesantes que, al menos, inviten a pasar todo un día en el pueblo, pues eso redundaría en beneficio del comercio y la hostelería.

La pregunta que debemos plantearnos es, si en las actuales circunstancias, y dado los buenos resultados que estamos obteniendo, sería suficiente. Modestamente respondería que no, creo que debemos dotarnos de más oferta que, finalmente, hagan de Petrer un lugar muy atractivo desde el punto de vista cultural y turístico.






¿Por qué pensamos en un nuevo museo?

No decimos nada nuevo si hablamos de que la necesidad de crear un museo de la fiesta es un clamor en el mundo de la fiesta de moros y cristianos.

Desde hace muchos años, las festeras y festeros, hemos venido reclamando, que en Petrer, se creara un museo dedicado a las fiestas de moros y cristianos y, no descubrimos nada nuevo, si afirmamos que muchas familias petrerenses están deseando que esto se convierta en realidad para ofrecer la donación de sus trajes.

Los escasos movimientos que se han hecho no han dado frutos. En algún caso por cuestiones personales (alguna experiencia tengo al respecto) y en otros porque los medios que se ponían a disposición del proyecto no reunían los mínimos necesarios para que pudiera ser una realidad.

A estas alturas, bien podría ser el momento adecuado para acometer la tarea.


¿Por qué ampliar la idea primigenia a otras fiestas?


Tras la convocatoria de las últimas elecciones locales, el Partido Socialista Obrero Español, planteó dentro de su programa electoral, la creación de un museo de las fiestas, en plural, y en lo que a mí respecta, es la primera vez que contemplo una posibilidad nueva que, una vez meditada, me ha llenado de entusiasmo por cuanto que, no solamente se verían cumplidos los sueños de las personas que formamos parte del mundo de la fiesta de moros y cristianos, sino que integraríamos a todas aquellas que, trabajando en diferentes fiestas con sólido arraigo local, estoy convencido que se volcarían en el hecho de ver proyectada la fiesta para la que trabajan, en un museo.

Está opción, pondría sobre el tablero todas las fiestas (o al menos la mayoría) que tradicionalmente se vienen celebrando en Petrer y abriría la posibilidad de conocerlas a través del museo, pero también el efecto colateral que ello supone de invitación para que vengan personalmente a vivirlas.



¿De qué herramientas podríamos dotarnos para convertir el proyecto en realidad?


Creo firmemente que, necesariamente, este debe ser un proyecto generalista de carácter público y municipal, es decir, al amparo del Ayuntamiento, cualquier otra opción sería muy difícil de ejecutar y mantener, experiencias tenemos de ello.

Naturalmente, para que este proyecto pueda convertirse en realidad, debemos dotarnos de fórmulas jurídicas y organizativas que posibiliten el éxito futuro de la idea.

Desde el punto de vista jurídico, la fórmula que a priori, parece más efectiva y realista, sería la de constitución de una Fundación de carácter municipal que ostentara la propiedad, dirección y facultad de gestión del museo.


¿Cómo podría funcionar la Fundación?


Los órganos de dirección de la Fundación, serían:

  • Presidencia

  • Junta rectora

  • Dirección-gerencia


Presidencia: La presidencia la ostentaría la Alcaldesa / Alcalde, o persona en la que esta delegara.


Junta rectora: Estaría compuesta por la Presidencia y tantos vocales como se considerarán necesarios para equilibrar la representación de los grupos políticos que formen parte del Pleno municipal, así como de las concejalías que tuvieran responsabilidades en la gestión del museo, tales como: Fiestas, Cultura y Turismo. En cualquier caso, habría que considerar un mínimo de personas participantes que podría ser de diez.

Todos los cargos, podrían ser delegados en terceras personas, pertenezcan o no a la Corporación Municipal, ello permitiría descargar a los concejales de trabajos añadidos a sus directas responsabilidades, pero facilitándoles el mantenimiento del control de las tareas a través de las personas en las que hubieran delegado.

El director-gerente, formaría parte de la Junta Rectora, con voz, pero sin voto.

Dirección-gerencia: Este cargo, responsable de la gestión del museo en todas sus facetas, recaería en una persona designada a tal efecto por la Junta Rectora y podría ser de carácter voluntario, sin remuneración, o a cargo de un profesional contratado a tal efecto.

Su acción sería dirigida y supervisada por la Presidencia y la Junta Rectora.

Gestión: Lo sencillo sería encomendarlo a profesionales, pero, por una parte, encarecería la gestión del propio museo y por otra limitaría la participación de los colectivos que algo tienen para aportar al museo.

El modelo podría ser el de una directiva presidida por el Director-gerente, dependiente de la Junta Rectora y compuesta por personas que ocuparan la presidencia, vicepresidencia, secretaría y tesorería, además de tantos vocales como áreas en las que se dividiera la composición del museo.

Estas áreas o vocalías, vendrían a representar al conjunto de fiestas locales presentes en el museo: Moros y cristianos, el Cristo, la Virgen, la Santa Cruz, els nanos y gegants, les carasses y les falles de la nit de reis, estas dos últimas recientemente declaradas: Bien Inmaterial de Relevancia Local.

Cada vocal asumiría la responsabilidad de la dotación, cuidado y mantenimiento de su área festera y todo ello estaría coordinado a través de la Junta directiva que, a su vez, estaría subordinada a la Junta Rectora a través del director-gerente. Al mismo tiempo, cada vocal sería el responsable de la dirección y gestión de una comisión creada al efecto para trabajar en cada área. La creación y nombramiento de los miembros de cada comisión, correría a cargo del correspondiente vocal que, a su vez, tendría que proponerla a la directiva que aceptaría o no, la incorporación de cada miembro. La negativa a aceptar la presencia de cualquier persona de las propuestas, deberá estar razonada.


Instalaciones: La creación de este museo, requeriría de unas instalaciones lo suficientemente amplias como para albergar todo el material del que se pudiera disponer que, en principio, podría ser mucho.

Debería poder separar el espacio dedicado a cada fiesta, bien mediante habitaciones estancas o movibles que permitieran adaptar las necesidades de cada momento a las disponibilidades existentes o proyectos temporales.

Obviamente, por necesidades de carácter organizativo, pero también de control de los fondos del museo, cada pieza o elementos de ellas, deberá ser catalogado, reseñando a efectos históricos: la procedencia (donantes), la información relativa al elemento que se está catalogando, la imagen completa conjunta o separada por piezas, la ubicación donde se deposita (almacén o exposición) y cuanta información se considere útil para el mejor conocimiento de la pieza o elemento expuesto.

Para ello, se dotaría a la secretaría del museo de los elementos informáticos necesarios para que, desde el primer día, sea posible almacenar y controlar todas las piezas, utensilios, ropas, documentos o cualquier otro elemento recibido.

Por otra parte, resulta imprescindible disponer de un almacén donde guardar debidamente, todo aquello que no se encuentre expuesto, así como un apartado que sirviera de taller para realizar las tareas de mantenimiento, limpieza y otras necesidades que resultaren ser necesarias.




Propiedad de los fondos del museo: Todos los fondos del museo, pasarían a ser propiedad de la Fundación, lo que significa que la titularidad indirecta de los mismos sería del Ayuntamiento o, quizá, mejor dicho, del pueblo de Petrer.

Cada donación de trajes, prendas, cuadros, fotografías, documentos, etc. etc., se realizaría a título indefinido, renunciando el donante a la propiedad en beneficio de la fundación, pero conservando el derecho de retorno para sí o sus herederos en el supuesto de que, un día, el museo pudiera llegar a desaparecer. A tal efecto, se formalizaría un documento de donación, donde debería aparecer el o los donantes, su renuncia a cualquier título de propiedad (salvo el derecho de retorno en caso de desaparición del museo), la referencia al origen y cualquier otra información que se pueda facilitar para la perfecta identificación y catalogación del bien.

También resultaría admisible, si el elemento fuera interesante para el museo, la cesión a tiempo cierto, que, al menos debería estar referenciada a cinco o diez años, revirtiendo la posesión en sus propietarios superados ese periodo inicial. Naturalmente, podría ser prorrogado si a ambas partes les interesara. Excepcionalmente, se podría ceder por tiempo menor, si el elemento cedido lo fuera para una exposición temporal concreta y, finalizada la misma se tuviera que devolver a su propietario o propietarios.

En cualquier caso y, dadas las características de los fondos del museo, muchos de ellos, son susceptibles de tener algún uso fuera del propio espacio museístico, ejemplo, desfiles conmemorativos, exposiciones por aniversarios o cualquier otra necesidad que pudiera presentarse. En este supuesto, el propio museo podría utilizarlo, sin ningún requisito, fuera del espacio de exposición del museo. Para el caso de que el demandante de uso, persona física o jurídica (ya que la propiedad o tenencia sería de la Fundación) planteara la necesidad de utilizar un determinado fondo (ejemplo trajes de fiesta de moros y cristianos), la junta directiva en primera instancia o la junta rectora en segunda, podría autorizar su cesión temporal, con la condición de que deberá ser devuelto en un tiempo máximo determinado y en las mismas condiciones en las que lo recibió.


Consideraciones finales:

Ciertamente, este proyecto es de envergadura y difícilmente sería posible ejecutarlo en una sola legislatura, máxime si ésta no está en sus inicios, por lo que hay que contemplarlo en un horizonte de un par de ellas, pero los maratones se ganan después de dar el primer paso y esto es lo más importante: comenzar a andar.

En primer lugar, este proyecto, de iniciarse, debería comenzar a andar con el consenso de todos los grupos políticos en primer lugar, es decir, habría que creer en la idea inicial que, a medida que se vaya desarrollando se podría ir matizando y ajustándola a las variantes que entre todos fuéramos capaces de aportar.

El segundo paso, tratar con los representantes de las diferentes fiestas a las que se ha hecho alusión anteriormente, de tal forma, que sea posible que todos y cada uno, entiendan el proyecto como algo propio, oportuno y realizable.

De lo que se trata es de convertir lo que hoy es solo una idea, en un objetivo común de interés local, que resulte ser de todos y para todos, sin complejos y entendiendo que, de obtener resultados favorables, se trataría de una magnífica oportunidad para Petrer, sus fiestas y sus conciudadanos, abierta al exterior.

Evidentemente y quizá el paso más importante para que el proyecto de museo pueda ver la luz, es la adquisición o construcción de un inmueble que lo albergue. El requisito fundamental es que reúna espacio suficiente como para que en su interior puedan tener cabida todos aquellos elementos susceptibles de ser expuestos.

El paso siguiente o simultaneo, sería comenzar el trabajo de elaborar un proyecto lo más completo posible, que contemple todos los aspectos necesarios para que, un día, este proyecto se convierta en realidad y que habría que adaptar a las disponibilidades existentes, una vez quede establecido el espacio y ubicación. Para la elaboración de este proyecto, sería bueno contar, desde el inicio, con la participación y aportaciones de los representantes de las diferentes fiestas que podrían estar presentes en el museo, así como de los técnicos municipales que procediera.

En cualquier caso, esta es mi modesta opinión, que someto a cualquier otra mejor fundada.


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