sábado, 11 de noviembre de 2023

Desde la terraza del Museo




Los horarios de trabajo en los ultimos años han sufrido unos ajustes que nada tienen que ver con  aquellas épocas donde a las 8 de la mañana sonaban las sirenas para entrar a trabajar volvían a sonar a las 12 para salir y a las 14 horas nos reintegrabamos hasta terminar la jornada que se alargaba velando hasta altas horas de la noche.


Esa era la jornada laboral Sábados inclusive hasta mediodía.

Mi familia se dedicaba al transporte ordinario coordinando la mercancía con agencias que tenían rutas de ida y vuelta, envíos que se recogían a las 10 de la noche al día siguiente estaban en Barcelona, se terminaba el trabajo de transporte a las 23/24 horas y nos tocaba ir corriendo a descansar porque a las 7 de la mañana había que empezar a repartir la mercancía que se recibía desde diferentes destinos.

En aquella época no había servicio 24 horas, todos los servicios eran de 24 a 48 horas y si el destino era de pocas conexiones se enviaba por ferrocarril en un servicio que se denominaba régimen de equipajes.

Recuerdo que empezábamos a recoger mercancía a las 4 de la tarde en la calle País Valencia, solo en esta calle se llenaba un camión ligero empezando por Pirula, Pulgarcito, calzados Amalia, Bolsos Mañez, Carmelita, manuf. Enma, hoy seria impensable que tantas fábricas estuvieran concentradas en una misma calle.

En esta época todo está más planificado jornadas intensivas, teletrabajos, citas previas y a las 5 de la tarde de un día laboral se percibe en los polígonos una tranquilidad digna de días festivos.

Con este sistema se aprovecha más la luz del día, se concilia la vida familiar, queda tiempo para estudiar, ir al gimnasio y muchas cosas más.

La evolución laboral en los últimos 25/30 años ha sido muy positiva.

Pablo Carrillos Huertas 




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