sábado, 9 de mayo de 2020

Francisco Mañez Iniesta, sueños y reflexiones

LAS  VOCES  DEL  HERMOSO  SUEÑO DE
AGLAES  Y    BONIFACIO


Foto san  bonifacio y  texto Francisco  Máñez  Iniestra
Foto   FIESTA,  José Ignacio  Máñez Azorín .
Quizá  que  fue un sueño, o un ardiente deseo  de paz y progreso de siglosde luchas ávidas de convivencia y  tolerancia. Tres religionesfueron el modelo básico de convivencia en las grandes urbes de Occidente, cuyo modelo se fraguo desde la noche de los  tiempos,  en las tierras de Al-Ándaluscuerpo y alma del desarrollo cultural en convivencia de judíos, musulmanes y cristianos.

Desde la antigua civilización de los Tartessos, en la Península Ibérica se remontó la época de Salomón con la llegada del judaísmo, primera  religión que  dejo sus  huellas y en las inscripciones esculpidas en sus tumbas. Dos siglos después el Imperio Romano sometió a Hispania a los pies de Roma  y de los visigodos. Grandes y bastas culturas que poblaron nuestro suelo con afan de dominio hasta la llegada de los musulmanesque dando gracias a Alá, en convivencia con los cristianos cimentaron sus mezquitas  vaciando sus vidas y alforjas  en la nueva tierra  que dio luz y calor a sus hogares. Y se forjó y creció la Hispania de las tres culturas anticipándose al  Renacimiento de Florencia. 

El camino luminoso que cautivo al mundo empezó su declive cuando en el año 1492 concluye el programa de represión  y destierro de los judíos, vaciando las arcas de sabiduría y poder económico de España, y concluyó en el año 1609 con el  reinado de Felipe III, con la expulsión atodos los moriscos que no  renegasen de su religión y abrazaran la fe cristina.

Cinco años más tarde en el año 1614,  se proclama al santo Bonifacio patrón del pueblo como protector  de las cosechas del rayo y el granizo, culminando la sangría de valores  económicos , políticos y culturales, pues los judíos y los árabes constataros se la  fuente de la sabiduría, las cienciala riqueza de los pueblos de España.
Atrás quedó aquella triste historia  suspendida  en la nebulosa de la España judía y musulmana, cargadas de siglos de grandeza vida convivencias entre culturas hermanas hijas de la Biblia, mientras el judaísmo, sufismo y cristianismo crecían juntos,  los distintos reinos cambiaban de la cruz a la Media Luna y viceversa, después de una batalla, una partida de ajedrez o ante la llamada del amor con una boda.
Al- Ándalus fue un sueño roto precioso de convivencia y amor que los poetas cantaron al mundo en sus versos, mientras que los sufíes judíosmusitaban: No es buen creyente  quien le niega la creencia a su hermano.
Fue un error querer unir aquella tierra bajo la premisa de una única  religión, cuando proliferaba bajo la llama del amor de las tres religiones la música y la poesía, síntesis cultural  que alcanzó  a la vieja Europa  que tanto le debe al Islam español.
Nunca ningún paraíso fue tan soñado y bendecido por aquel sueño de vida que amamantaba la convivencia de las tres culturas. Aquel brillante espejo luminoso de occidente.


FOTO . Paco máñez
El sueño de Bonifaz  -
Francisco Máñez Iniesta. Máñez

  Si hubo revuelo en esta tierra por los cuatro siglos de efemérides del patronazgo, cabe pensar que también lo hubo en el Paraíso donde residimos nosotros , los elegidos, los consagrados que dimos la vida cuando la tierra era nuestra morada por defender nuestros  derechos innatos como seres humano, y ninguno tan alto como su libertad de elegir y de amar.    Bonifaz y Aglaes, fuimos los protagonistas espirituales e inocentes de la historia que el destino nos deparó.
Desde siempre quisimos vivir el ensueño de viajar hasta Petrer para estar cerca de cuanto acontecía, donde tanto se nos amaba e invocaba. Queríamos reunirse  con los que iban a celebrar el Cuarto Aniversario, desde que los nuevos sacerdotes me nombraron, patrono de la nueva villa cristiana que tanto derramó cuando se expulsó a los habitantes que hicieron el pueblo, con su mezquita y castillo. 
Gracias a los poderes celestiales nuestros sueños e ilusiones, vimoscumplidodeseos a través de la magia de vivir eternamente y sentir el gocede la  eternidad.  
sucedió a través de aquel feliz sueño que nos remontó sobre las nubes de mil colores, que acompañan al  orto de cada amanecer en la cumbre del monte del Cid. Perfil de la majestuosa y mole petrificado que protege  los parajes y el pueblo de Petrer, pueblo de ensueño y encuentros el amado Petrer como lo aclamaron siempre sus poetas  que cantaron su concordia yfraternidad en fusión con el pueblo.  
Allí, apostamos ser una pareja más fundida con todo el pueblo, sintiéndonos en cuerpo y alma con todos los que en su interior, nos sintiesen en cuerpo y alma durante la  evocación de estas fiestas.  
Sabéis que  desde siglos  somos  vuestros aliados y leyenda para abrazar vuestro afecto y solidaridad.   Yo, Bonifaz, sigo  siendo  aquel joven que amó y murió martirizado por proclamar la libertad… por pronunciar con libertad el grito a los cuatro vientos el derecho a ser pensar y decidir como Hombre que nació libre.
Mi grito  nació junto al de Aglaes, la hija del rico Acacio, desde  su serena belleza y bondad. La joven que irradió  mi  destino  y la pasión  irresistible de amar la vida junto a  ella…saboreando con intensidad  los placeres  que  poseía  la ciudad de Roma, la capital del Imperio…el centro del mundo. 
Entrar al servicio de la noble casa del Senador Acacio y enamorarme  perdidamente de Aglaes, fue como   vivir  un  fuerte presentimiento oculto,escrito  en un íntimo rincón del cielo… como un milagro  anunciado en nuestros corazones.  Todo contribuyo para que la felicidad nos colmara en todos los órdenes.
La posición de su padre Acacio, que   también  fue proclamado  procónsul, y por ello jefe del imperio y poseedor, también del  mando sobre  toda la provincia, nos  facilitó el disfrute  de vivir y conocer a los poetas seleccionados,  además de admirar y sentir sus bellezas naturales y  monumentales. Y también, contemplar el dolor y el odio de los más necesitados  que eran legiones, que  observaban  como    disfrutábamos la vida  y la libertad
Sabían que nos gustaba regocijarnos del pleno albedrío de la vida, y esto – aunque Acacio, nunca me dijo nada-  yo sabía que también él  coincidiría  en ello, pues si había alguien que pudiese tenerloo todo, eran ellos,  los que gobernaban y dirigían los designios de Roma y del Mundo.
El senador me confió su más preciado tesoro,  su hija Aglaes, quien me dio la gloria de aquel amor que  irradió  los cielos del mundo. 
Rompimos la regla de aquella sociedad cuándo, ante ella, compartimos con inmensa alegría la pasión que sentíamos  a plena luz, sabiendo que otros, ¡hipócritas!  Proyectarían sus celos contra nosotros y acabaron   juzgándonos por un  pecado de amor, después de dar mi vida por la libertad de elegir, de ser, de amar.  
El amor es la fuerza que nos hace humanos, la fuerza que nueve la vida y garantiza el sueño feliz en un mundo  equitativo.
 ¡Ah, Roma, qué dichosos  fuimos entre sus sencillas gentes, al abrigo de sus colinas, apartados  de aquella sociedad que pedía sangre y aplaudía la muerte en los circos.
¡Oh, Dios, cómo   sentíamos  el latido del mundo…y de nuestra vida, tancerca y la brisa suave de aquel tiempo que llenó nuestras almas de  caricias y mieles!
Pero aquel sueño de felicidad, tan hermoso, no pudo durar en aquel mundo tan lleno de egoísmos y cruentas miserias.
¡Oh, Dios, cómo odiaba las noticias  que anunciaban la pérdida y el infortunio de mis amigos! Odie la guerra como a nada en este mundo, y la barbarie  de las legiones del  Imperio que  saqueaban y garantizaban el control del mundo a Roma, tiñendo el cielo con lágrimas de sangreinocente
Me aferré a la vida y, con intenso amor, surgió de mis entrañas  el desgarrado grito en favor de la paz y la justicia.  Y les grité mi dolor y rabia ante  el  senado y a los dioses.
Y los dioses también lloraron por la corrupción que seguía destruyendo al pueblo, mientras   los senadores  proclamaban con  su voz impertérrita a los vientos: “Roma prefiere la corrupción antes que la dictadura. Nos decían que contra la  corrupción  luchaba el peso de  la ley, y que la  dictadura en si misma era  la  misma  corrupción.”
Entonces no podíamos, como ahora  hace el  mundo, gritar  contra aquellos que lastiman a los pobres, a las gentes sencillas,  cuya visión del mundo sencilla glorificaba los dones de la naturaleza, como el Sol, las flores, los animales. Y todos aquellos que  gritamos ante los poderes  lo pagamos  muy caro  con nuestras vidas.
Ahora, desde este ensueño parece que los  siglos pasaron con la misma velocidad que pasan los días.  Escribieron de mí  que fui valiente ante el poder  jugándome  la vida por proclamar ante Diocleciano el don de la libertad.
¡¡ Sabed que somos muchísimos los que,  por ello, moramos  en este sueño  dorado!!
Somos los héroes muertos agasajados por los sueños y las utopías a lo largo historia de la humanidad, donde millones de seres inocentes  murieron  por defender su dignidad ante los poderes de la fuerza. Nuestra ofrenda se unió  junto la sangre de otros  cristianos que aspiraban a tener una justicia mejor que la que reinaba en este mundo.  Alegremente…muchos de ellos caminaban  hacia  la muerte en busca de su liberación.
Fue en la ciudad de Tarso de Cilicia en el año trescientos, cuando mi nombre entró en la lista de los  sacrificados  que perdieron la  libertad por luchar por nuestras creencias. Otros cristianos, también  pedían al emperador  la festividad del domingo para santificar al  Dios de los cristianos.
Fue terrible la crueldad y el gran sacrificio de la  muerte de inocentes. Aquella fue una fiesta  macabra que encendía la exaltación sanguinaria de los de espectadores que llenaban la plaza Tarso  pidiendo más  sangre, más vidas, mientras que en los circos también se amontonaban  cientos de cadáveres descuartizados por las fieras y los verdugos en los patíbulos a los que se proclamaban  ser cristianos. La libertad pagaba su más alto precio: la vida.
¿Cuál fue el crimen o la traición que justifico tan salvajes muertes, y suicidios?  Ni millones de muertes más, hubiesen conseguido detener  tan alto anhelo de libertad.
le grite: ¡Emperador! ¿Dónde escondiste  tu compasión  ante la pila de cadáveres que llevan escrito el nombre de Diocleciano, su asesino? ¡Diocleciano, necio!  Te creíste eterno…sin  saber qué tu muerte marcaba el final de la tragedia que acarreaba tu maldito mandato. ¿Qué hiciste para que hasta los esclavos bendijeran la muerte porque allí esperaban soñar con libertad?
La muerte de Diocleciano marcó el año trescientos trece. Fue  el mismo en que el emperador Constantino  firmó el edicto de Milán   estableciendo la libertad de religión en el imperio romano, y el  fin de las persecuciones contra grupos religiosos, particularmente cristianos.
El edicto devolvió a los cristianos sus antiguos lugares de culto y reunión, así como otras propiedades que habían sido confiscadas por las autoridades romanas.  Años más tarde, las crueles  disposiciones de  nuevos  inquisidores, sacrificaron nuevas  víctimas por nuevos delitos. Herejía, apostasía... Estaba escrito que el mal y el dolor  perduraría  más que el hombre.
Pasaron muchos años y la intransigencia fue dueña de los poderes, y hubo cambios políticos y religiosos pero pervivieron las actitudes fanáticas  que desoyeron el grito de dolor del hombre pobre e indefenso.
  Hubo cambios gubernativos y en consecuencia cambios de religión, y aquí en este laborioso  pueblo  heredero de las tres religiones de la Biblia los hebreos, cristianos y musulmanes, el edicto causó la expulsión de los musulmanes, una  enorme  tragedia de dolor y odio a tantos miles de inocentes que lucharon por poder seguir viviendo con sus sagradas creencias. .
Y aquí empieza nuestra unión en el pueblo y también conmigo cuando fui proclamado  patrón, compartiendo con vosotros  un tiempo nuevo pleno de heridas y cicatrices que propició las políticas  que desmembrarían los pilares más sólidos de la antigua Hispania, como el de la convivencia entre las tres culturas con su torrencial  potencial social  económico y cultural.

Si fui  designado  para que evitase que las fuerzas de los cielos con sus rayos y centellas no malograran  vuestras  cosechas, y el pan de cada día, para satisfacción de los campesinos, resguardando los campos del pedrisco  para que  los frutos “llegaran en paz y alegría al día de la cosecha”.
Felices campesinos venidos  a repoblar las dolientes cantaban. felices  estas tierras regadas durante siglos con sus lágrimas y el sudor  de los moriscos.

Ahora, después de cuatro siglos, los otros peligros a proteger son los que castigan al inocente pueblo: de ellos tenemos que libraros pues están el acecho, son hombres sin justicia, sin caridad, sin amor

Ahora en este tiempo  nuevo de tradición debemos compartir el pan de vida y los manjares de esta fiesta  generosa en este tiempo nuevo de historia.
Sabed que vuestro destino es el nuestro y os apoyamos  gracias al calor de vuestras ilusiones, vuestra alegría y también vuestro dolor.


FOTO . José I. MÁÑEZ Azorín


LOS CRISTIANOS EN LA FIESTA

Las viejas asomadas y salidas,
Atravesando el mar sangrientamente,
con el tiempo han servido de exponente
Y base de unidad de nuestras vidas.

Antiguas arrogancias resentidas
Son ya, a un lado, abertura al Occidente,
y del otro al igual, para el Oriente,
En amplios ideales convertidas.

Valorando los íntimos tesoros
Morales, de cristianos y de moros,
Nuestra fiesta es abrazo, voluntad
De brindar unos pueblos soberanos
Que a través de la mar se dan las manos
en actos de alegría su amistad.

Francisco   Mollá  Montesinos.

el  sueño de Aglaes
Permitidnos  que en este año especial estemos más cerca de todos vosotrosde vuestra fiesta de Moros y Cristianos; si bien es cierto que, desde que asignaron como vuestro Patrón a Bonifaz, nunca he dejado de estar en vuestra memoria y vuestrapenas y gozos…También de recibir toda la alegría que emana de vuestra fiestas y  sus hermosos sentimientos de comunión  fraternal, lejos de aquellas guerras entre culturas  hermanas.
Bonifaz y yo creímos que habíamos logrado la plena felicidad, más el dolor y la estampa de la muerte de Bonifaz nos alejó de ella. Valores  puros y difíciles de conseguir  se esfumaron de nuestras vidas como el éter.
Asombra la integración en la fiesta exclusiva de los hombres después de tantos siglos, como mujer me entusiasma  el coraje y el amor  de   vuestra  primera abanderadapor su tenacidad al romper la cadena del machista de siempre,  y el de las otras mujeres que también consiguieron los mismos derechos y obligaciones que los hombres.  Esos valores fueron, después de la  integración de los moros y cristianos los episodios más importantes en vuestra evolución histórica de la mujer en vuestra fiesta. Pues el silencio abnegado de la mujer dejo de tener vigencia.
¡Brindemos hoy  una vez más por ello!
Ahora, Bonifaz y yo  vivimos en un tiempo y espacio que no nos afectan, queremos compartir la alegría y la belleza de la fiesta con vosotros  mezclándonos  y camuflados con ropajes  moros o de cristianos  como el todo el pueblo al caer la noche mágica que cambiara el color, la voz  y el perfume del pueblo
¡Qué ilusión vivir con vosotros los días maravillosos de lo que comporta la fiesta que cada uno lleváis en lo más profundo de vuestras almas! Todos unidos desfilando  y  cantando la canción brillante de vuestra vida  devuestro pueblo“Petrer”
Emoción y sentimiento de esta tierra que cada año en el florido mayo traspasa  el  pórtico de los cielos. 
Sabed, que en cada momento también seremos los seres vuestros seres más queridos, los  que lleváis  en vuestro corazón, vuestros amigos y amigas que llevéis en el fondo de vuestro corazón, y sus rostros, a su vez serán los nuestros.
Nos alegra que la fiesta sea un divertido juego teatral dónde al son de las músicas no las fuerzas de las armas  las que vencen en  las batallas, que son sinónimo de amistad convivencia, propiciando en  un juego de valores y respeto al vencido.
Este es el cambio que nos ha motivado sentirnos  plenamente alegres por haber superado la barbarie que destrozó y sigue arruinando las naciones de este mundo.
Bonifaz y yo  evocamos la espiritualidad  y a veces y el dolor como  expresa la poesía  de nuestro y vuestro poeta Mollá, que con Justa su gran amor  ya están con  nosotros 
Dos poemas resumen  la expresión de esta fiesta que el poeta cantó hace muchos años a las culturas de los moros y de los cristianos. Lástima que no esté el Judaísmo.
Culturas milenarias que junto a la judía forman el árbol genético de la vieja Hispania. Las tres convivieron y se pelearon juntos,  fundiéndose hasta las substancias  con sus herederos. La mujer cristiana fue esposa de principales mandatarios y de los musulmanes que las prefirieron. En cambio, la mujer musulmana   no podía elegir  a los cristianos de su gusto. Anacronismo simple, pues Alejandro el Grande decía a sus guerreros que tomaran por esposas a las mujeres de los pueblos que conquistaban.
El gran Alejandro, discípulo de Aristóteles, sabía del beneficio de las mezclas de diferentes cultural, produjo el intercambio cultural, el avance multicultural del mundo. De ello, de la riqueza de las tres culturas, lo supieron muy bien los países que acogieron a los judíos. 
Ahora  nos  queda la ilusión y la  alegría de vivir con serenidad  el canto poético que se entonará  en vuestros días de fiesta,  que cerrará vuestras heridas y abrirá vuestros  corazones para convivir en un hermoso tiempo de felicidad, paz   y ensueño. 
Hermoso mensaje el de vuestra fiesta que regaláis a la humanidad. De Bonifazos contaré que cuando fue mi mayordomo  aprendí de él, que la vida es sencilla, que  importa más ser que tener,  y que el prójimo siempre es un hermano, un trozo de nuestra alma incompleta solo está  completa, como la fiesta, cuando no falta nadie.   Que sentirte feliz es contagiar de bondad y la alegría de vivir, y que sin  vuestra pasión no sería posible la realización de vuestro hermoso sueño lleno de grandezas. Ensueño que llena al mundo de poesía , color y amor.
Y por supuesto, claro que sí, fueron unas fiestas emocionantes, maravillosas, cautivadoras… No olvidéis que vuestro destino  siempre será en nuestro, ni tampoco de dejar de amar  y luchar por  la vida
FOTO . José I. MÁÑEZ aZORÍN
LOS ARABES  EN LA FIESTA
Nuestra sangre y la vuestra están mezcladas
Desde el tiempo  disperso en mutaciones;
En flujos y reflujo, las naciones
Se mostraban aún desorientadas.
A veces sojuzgantes; sojuzgadas
Otras, seguían sus evoluciones
Paralelas las civilizaciones
Con nuestras convivencias prolongadas…
Así fue  de fogosa  nuestra historia.
Más, en estas alturas, como hermanos
Miramos nuestra mutua libertad.
También es paralela esta victoria:
Pues la guerra entre moros y cristianos
Se ha vuelto un alto ejemplo de amistad.

Francisco   Mollá  Montesinos.

Adiós por siempre.


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