LAS VOCES DEL HERMOSO SUEÑO DE
AGLAES Y BONIFACIO
Foto san bonifacio y texto Francisco Máñez Iniestra
Foto FIESTA, José Ignacio Máñez Azorín .
Quizá que fue un sueño, o un ardiente deseo de paz y progreso de siglos, de luchas ávidas de convivencia y tolerancia. Tres religionesfueron el modelo básico de convivencia en las grandes urbes de Occidente, cuyo modelo se fraguo desde la noche de los tiempos, en las tierras de Al-Ándalus, cuerpo y alma del desarrollo cultural en convivencia de judíos, musulmanes y cristianos.
Desde la antigua civilización de los Tartessos, en la Península Ibérica se remontó la época de Salomón con la llegada del judaísmo, primera religión que dejo sus huellas y en las inscripciones esculpidas en sus tumbas. Dos siglos después el Imperio Romano sometió a Hispania a los pies de Roma y de los visigodos. Grandes y bastas culturas que poblaron nuestro suelo con afan de dominio hasta la llegada de los musulmanes, que dando gracias a Alá, en convivencia con los cristianos cimentaron sus mezquitas vaciando sus vidas y alforjas en la nueva tierra que dio luz y calor a sus hogares. Y se forjó y creció la Hispania de las tres culturas anticipándose al Renacimiento de Florencia.
El camino luminoso que cautivo al mundo empezó su declive cuando en el año 1492 concluye el programa de represión y destierro de los judíos, vaciando las arcas de sabiduría y poder económico de España, y concluyó en el año 1609 con el reinado de Felipe III, con la expulsión atodos los moriscos que no renegasen de su religión y abrazaran la fe cristina.
Cinco años más tarde en el año 1614, se proclama al santo Bonifacio patrón del pueblo como protector de las cosechas del rayo y el granizo, culminando la sangría de valores económicos , políticos y culturales, pues los judíos y los árabes constataros se la fuente de la sabiduría, las ciencias y la riqueza de los pueblos de España.
Atrás quedó aquella triste historia suspendida en la nebulosa de la España judía y musulmana, cargadas de siglos de grandeza vida y convivencias entre culturas hermanas hijas de la Biblia, mientras el judaísmo, sufismo y cristianismo crecían juntos, los distintos reinos cambiaban de la cruz a la Media Luna y viceversa, después de una batalla, una partida de ajedrez o ante la llamada del amor con una boda.
Al- Ándalus fue un sueño roto precioso de convivencia y amor que los poetas cantaron al mundo en sus versos, mientras que los sufíes y judíosmusitaban: No es buen creyente quien le niega la creencia a su hermano.
Fue un error querer unir aquella tierra bajo la premisa de una única religión, cuando proliferaba bajo la llama del amor de las tres religiones la música y la poesía, síntesis cultural que alcanzó a la vieja Europa que tanto le debe al Islam español.
Nunca ningún paraíso fue tan soñado y bendecido por aquel sueño de vida que amamantaba la convivencia de las tres culturas. Aquel brillante espejo luminoso de occidente.
FOTO . Paco máñez
El sueño de Bonifaz -
Francisco Máñez Iniesta. Máñez
Si hubo revuelo en esta tierra por los cuatro siglos de efemérides del patronazgo, cabe pensar que también lo hubo en el Paraíso donde residimos nosotros , los elegidos, los consagrados que dimos la vida cuando la tierra era nuestra morada por defender nuestros derechos innatos como seres humano, y ninguno tan alto como su libertad de elegir y de amar. Bonifaz y Aglaes, fuimos los protagonistas espirituales e inocentes de la historia que el destino nos deparó.
Desde siempre quisimos vivir el ensueño de viajar hasta Petrer para estar cerca de cuanto acontecía, donde tanto se nos amaba e invocaba. Queríamos reunirse con los que iban a celebrar el Cuarto Aniversario, desde que los nuevos sacerdotes me nombraron, patrono de la nueva villa cristiana que tanto derramó cuando se expulsó a los habitantes que hicieron el pueblo, con su mezquita y castillo.
Gracias a los poderes celestiales nuestros sueños e ilusiones, vimoscumplidos deseos a través de la magia de vivir eternamente y sentir el gocede la eternidad.
Y sucedió a través de aquel feliz sueño que nos remontó sobre las nubes de mil colores, que acompañan al orto de cada amanecer en la cumbre del monte del Cid. Perfil de la majestuosa y mole petrificado que protege los parajes y el pueblo de Petrer, pueblo de ensueño y encuentros… el amado Petrer como lo aclamaron siempre sus poetas que cantaron su concordia yfraternidad en fusión con el pueblo.
Allí, apostamos ser una pareja más fundida con todo el pueblo, sintiéndonos en cuerpo y alma con todos los que en su interior, nos sintiesen en cuerpo y alma durante la evocación de estas fiestas.
Sabéis que desde siglos somos vuestros aliados y leyenda para abrazar vuestro afecto y solidaridad. Yo, Bonifaz, sigo siendo aquel joven que amó y murió martirizado por proclamar la libertad… por pronunciar con libertad el grito a los cuatro vientos el derecho a ser pensar y decidir como Hombre que nació libre.
Mi grito nació junto al de Aglaes, la hija del rico Acacio, desde su serena belleza y bondad. La joven que irradió mi destino y la pasión irresistible de amar la vida junto a ella…saboreando con intensidad los placeres que poseía la ciudad de Roma, la capital del Imperio…el centro del mundo.
Entrar al servicio de la noble casa del Senador Acacio y enamorarme perdidamente de Aglaes, fue como vivir un fuerte presentimiento oculto,escrito en un íntimo rincón del cielo… como un milagro anunciado en nuestros corazones. Todo contribuyo para que la felicidad nos colmara en todos los órdenes.
La posición de su padre Acacio, que también fue proclamado procónsul, y por ello jefe del imperio y poseedor, también del mando sobre toda la provincia, nos facilitó el disfrute de vivir y conocer a los poetas seleccionados, además de admirar y sentir sus bellezas naturales y monumentales. Y también, contemplar el dolor y el odio de los más necesitados que eran legiones, que observaban como disfrutábamos la vida y la libertad.
Sabían que nos gustaba regocijarnos del pleno albedrío de la vida, y esto – aunque Acacio, nunca me dijo nada- yo sabía que también él coincidiría en ello, pues si había alguien que pudiese tenerloo todo, eran ellos, los que gobernaban y dirigían los designios de Roma y del Mundo.
El senador me confió su más preciado tesoro, su hija Aglaes, quien me dio la gloria de aquel amor que irradió los cielos del mundo.
Rompimos la regla de aquella sociedad cuándo, ante ella, compartimos con inmensa alegría la pasión que sentíamos a plena luz, sabiendo que otros, ¡hipócritas! Proyectarían sus celos contra nosotros y acabaron juzgándonos por un pecado de amor, después de dar mi vida por la libertad de elegir, de ser, de amar.
El amor es la fuerza que nos hace humanos, la fuerza que nueve la vida y garantiza el sueño feliz en un mundo equitativo.
¡Ah, Roma, qué dichosos fuimos entre sus sencillas gentes, al abrigo de sus colinas, apartados de aquella sociedad que pedía sangre y aplaudía la muerte en los circos.
¡Oh, Dios, cómo sentíamos el latido del mundo…y de nuestra vida, tancerca y la brisa suave de aquel tiempo que llenó nuestras almas de caricias y mieles!
Pero aquel sueño de felicidad, tan hermoso, no pudo durar en aquel mundo tan lleno de egoísmos y cruentas miserias.
¡Oh, Dios, cómo odiaba las noticias que anunciaban la pérdida y el infortunio de mis amigos! Odie la guerra como a nada en este mundo, y la barbarie de las legiones del Imperio que saqueaban y garantizaban el control del mundo a Roma, tiñendo el cielo con lágrimas de sangreinocente.
Me aferré a la vida y, con intenso amor, surgió de mis entrañas el desgarrado grito en favor de la paz y la justicia. Y les grité mi dolor y rabia ante el senado y a los dioses.
Y los dioses también lloraron por la corrupción que seguía destruyendo al pueblo, mientras los senadores proclamaban con su voz impertérrita a los vientos: “Roma prefiere la corrupción antes que la dictadura. Nos decían que contra la corrupción luchaba el peso de la ley, y que la dictadura en si misma era la misma corrupción.”
Entonces no podíamos, como ahora hace el mundo, gritar contra aquellos que lastiman a los pobres, a las gentes sencillas, cuya visión del mundo sencilla glorificaba los dones de la naturaleza, como el Sol, las flores, los animales. Y todos aquellos que gritamos ante los poderes lo pagamos muy caro con nuestras vidas.
Ahora, desde este ensueño parece que los siglos pasaron con la misma velocidad que pasan los días. Escribieron de mí que fui valiente ante el poder jugándome la vida por proclamar ante Diocleciano el don de la libertad.
¡¡ Sabed que somos muchísimos los que, por ello, moramos en este sueño dorado!!
Somos los héroes muertos agasajados por los sueños y las utopías a lo largo historia de la humanidad, donde millones de seres inocentes murieron por defender su dignidad ante los poderes de la fuerza. Nuestra ofrenda se unió junto la sangre de otros cristianos que aspiraban a tener una justicia mejor que la que reinaba en este mundo. Alegremente…muchos de ellos caminaban hacia la muerte en busca de su liberación.
Fue en la ciudad de Tarso de Cilicia en el año trescientos, cuando mi nombre entró en la lista de los sacrificados que perdieron la libertad por luchar por nuestras creencias. Otros cristianos, también pedían al emperador la festividad del domingo para santificar al Dios de los cristianos.
Fue terrible la crueldad y el gran sacrificio de la muerte de inocentes. Aquella fue una fiesta macabra que encendía la exaltación sanguinaria de los de espectadores que llenaban la plaza Tarso pidiendo más sangre, más vidas, mientras que en los circos también se amontonaban cientos de cadáveres descuartizados por las fieras y los verdugos en los patíbulos a los que se proclamaban ser cristianos. La libertad pagaba su más alto precio: la vida.
¿Cuál fue el crimen o la traición que justifico tan salvajes muertes, y suicidios? Ni millones de muertes más, hubiesen conseguido detener tan alto anhelo de libertad.
Y le grite: ¡Emperador! ¿Dónde escondiste tu compasión ante la pila de cadáveres que llevan escrito el nombre de Diocleciano, su asesino? ¡Diocleciano, necio! Te creíste eterno…sin saber qué tu muerte marcaba el final de la tragedia que acarreaba tu maldito mandato. ¿Qué hiciste para que hasta los esclavos bendijeran la muerte porque allí esperaban soñar con libertad?
La muerte de Diocleciano marcó el año trescientos trece. Fue el mismo en que el emperador Constantino firmó el edicto de Milán estableciendo la libertad de religión en el imperio romano, y el fin de las persecuciones contra grupos religiosos, particularmente cristianos.
El edicto devolvió a los cristianos sus antiguos lugares de culto y reunión, así como otras propiedades que habían sido confiscadas por las autoridades romanas. Años más tarde, las crueles disposiciones de nuevos inquisidores, sacrificaron nuevas víctimas por nuevos delitos. Herejía, apostasía... Estaba escrito que el mal y el dolor perduraría más que el hombre.
Pasaron muchos años y la intransigencia fue dueña de los poderes, y hubo cambios políticos y religiosos pero pervivieron las actitudes fanáticas que desoyeron el grito de dolor del hombre pobre e indefenso.
Hubo cambios gubernativos y en consecuencia cambios de religión, y aquí en este laborioso pueblo heredero de las tres religiones de la Biblia los hebreos, cristianos y musulmanes, el edicto causó la expulsión de los musulmanes, una enorme tragedia de dolor y odio a tantos miles de inocentes que lucharon por poder seguir viviendo con sus sagradas creencias. .
Y aquí empieza nuestra unión en el pueblo y también conmigo cuando fui proclamado patrón, compartiendo con vosotros un tiempo nuevo pleno de heridas y cicatrices que propició las políticas que desmembrarían los pilares más sólidos de la antigua Hispania, como el de la convivencia entre las tres culturas con su torrencial potencial social económico y cultural.
Si fui designado para que evitase que las fuerzas de los cielos con sus rayos y centellas no malograran vuestras cosechas, y el pan de cada día, para satisfacción de los campesinos, resguardando los campos del pedrisco para que los frutos “llegaran en paz y alegría al día de la cosecha”.
Felices campesinos venidos a repoblar las dolientes cantaban. felices estas tierras regadas durante siglos con sus lágrimas y el sudor de los moriscos.
Ahora, después de cuatro siglos, los otros peligros a proteger son los que castigan al inocente pueblo: de ellos tenemos que libraros pues están el acecho, son hombres sin justicia, sin caridad, sin amor…
Ahora en este tiempo nuevo de tradición debemos compartir el pan de vida y los manjares de esta fiesta generosa en este tiempo nuevo de historia.
Sabed que vuestro destino es el nuestro y os apoyamos gracias al calor de vuestras ilusiones, vuestra alegría y también vuestro dolor.
FOTO . José I. MÁÑEZ Azorín
LOS CRISTIANOS EN LA FIESTA
Las viejas asomadas y salidas,
Atravesando el mar sangrientamente,
con el tiempo han servido de exponente
Y base de unidad de nuestras vidas.
Antiguas arrogancias resentidas
Son ya, a un lado, abertura al Occidente,
y del otro al igual, para el Oriente,
En amplios ideales convertidas.
Valorando los íntimos tesoros
Morales, de cristianos y de moros,
Nuestra fiesta es abrazo, voluntad
De brindar unos pueblos soberanos
Que a través de la mar se dan las manos
en actos de alegría su amistad.
Francisco Mollá Montesinos.
el sueño de Aglaes
Permitidnos que en este año especial estemos más cerca de todos vosotros, de vuestra fiesta de Moros y Cristianos; si bien es cierto que, desde que asignaron como vuestro Patrón a Bonifaz, nunca he dejado de estar en vuestra memoria y vuestras penas y gozos…También de recibir toda la alegría que emana de vuestra fiestas y sus hermosos sentimientos de comunión fraternal, lejos de aquellas guerras entre culturas hermanas.
Bonifaz y yo creímos que habíamos logrado la plena felicidad, más el dolor y la estampa de la muerte de Bonifaz nos alejó de ella. Valores puros y difíciles de conseguir se esfumaron de nuestras vidas como el éter.
Asombra la integración en la fiesta exclusiva de los hombres después de tantos siglos, como mujer me entusiasma el coraje y el amor de vuestra primera abanderada, por su tenacidad al romper la cadena del machista de siempre, y el de las otras mujeres que también consiguieron los mismos derechos y obligaciones que los hombres. Esos valores fueron, después de la integración de los moros y cristianos los episodios más importantes en vuestra evolución histórica de la mujer en vuestra fiesta. Pues el silencio abnegado de la mujer dejo de tener vigencia.
¡Brindemos hoy una vez más por ello!
Ahora, Bonifaz y yo vivimos en un tiempo y espacio que no nos afectan, queremos compartir la alegría y la belleza de la fiesta con vosotros mezclándonos y camuflados con ropajes moros o de cristianos como el todo el pueblo al caer la noche mágica que cambiara el color, la voz y el perfume del pueblo.
¡Qué ilusión vivir con vosotros los días maravillosos de lo que comporta la fiesta que cada uno lleváis en lo más profundo de vuestras almas! Todos unidos desfilando y cantando la canción brillante de vuestra vida devuestro pueblo. “Petrer”
Emoción y sentimiento de esta tierra que cada año en el florido mayo traspasa el pórtico de los cielos.
Sabed, que en cada momento también seremos los seres vuestros seres más queridos, los que lleváis en vuestro corazón, vuestros amigos y amigas que llevéis en el fondo de vuestro corazón, y sus rostros, a su vez serán los nuestros.
Nos alegra que la fiesta sea un divertido juego teatral dónde al son de las músicas no las fuerzas de las armas las que vencen en las batallas, que son sinónimo de amistad convivencia, propiciando en un juego de valores y respeto al vencido.
Este es el cambio que nos ha motivado sentirnos plenamente alegres por haber superado la barbarie que destrozó y sigue arruinando las naciones de este mundo.
Bonifaz y yo evocamos la espiritualidad y a veces y el dolor como expresa la poesía de nuestro y vuestro poeta Mollá, que con Justa su gran amor ya están con nosotros .
Dos poemas resumen la expresión de esta fiesta que el poeta cantó hace muchos años a las culturas de los moros y de los cristianos. Lástima que no esté el Judaísmo.
Culturas milenarias que junto a la judía forman el árbol genético de la vieja Hispania. Las tres convivieron y se pelearon juntos, fundiéndose hasta las substancias con sus herederos. La mujer cristiana fue esposa de principales mandatarios y de los musulmanes que las prefirieron. En cambio, la mujer musulmana no podía elegir a los cristianos de su gusto. Anacronismo simple, pues Alejandro el Grande decía a sus guerreros que tomaran por esposas a las mujeres de los pueblos que conquistaban.
El gran Alejandro, discípulo de Aristóteles, sabía del beneficio de las mezclas de diferentes cultural, produjo el intercambio cultural, el avance multicultural del mundo. De ello, de la riqueza de las tres culturas, lo supieron muy bien los países que acogieron a los judíos.
Ahora nos queda la ilusión y la alegría de vivir con serenidad el canto poético que se entonará en vuestros días de fiesta, que cerrará vuestras heridas y abrirá vuestros corazones para convivir en un hermoso tiempo de felicidad, paz y ensueño.
Hermoso mensaje el de vuestra fiesta que regaláis a la humanidad. De Bonifaz, os contaré que cuando fue mi mayordomo aprendí de él, que la vida es sencilla, que importa más ser que tener, y que el prójimo siempre es un hermano, un trozo de nuestra alma incompleta solo está completa, como la fiesta, cuando no falta nadie. Que sentirte feliz es contagiar de bondad y la alegría de vivir, y que sin vuestra pasión no sería posible la realización de vuestro hermoso sueño lleno de grandezas. Ensueño que llena al mundo de poesía , color y amor.
Y por supuesto, claro que sí, fueron unas fiestas emocionantes, maravillosas, cautivadoras… No olvidéis que vuestro destino siempre será en nuestro, ni tampoco de dejar de amar y luchar por la vida
FOTO . José I. MÁÑEZ aZORÍN
LOS ARABES EN LA FIESTA
Nuestra sangre y la vuestra están mezcladas
Desde el tiempo disperso en mutaciones;
En flujos y reflujo, las naciones
Se mostraban aún desorientadas.
A veces sojuzgantes; sojuzgadas
Otras, seguían sus evoluciones
Paralelas las civilizaciones
Con nuestras convivencias prolongadas…
Así fue de fogosa nuestra historia.
Más, en estas alturas, como hermanos
Miramos nuestra mutua libertad.
También es paralela esta victoria:
Pues la guerra entre moros y cristianos
Se ha vuelto un alto ejemplo de amistad.
Francisco Mollá Montesinos.
Adiós por siempre.
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