martes, 13 de octubre de 2020

HIPOLITO NAVARRO VILLAPLANA... DIVULGANDO PETRER

 Nunca la  historia  de local  de  nuestros  Moros  y  Cristianos podrá  olvidar a Hipólito Navarro, pues su persona   y   su  huella  cultural,  marcó un  antes  y un  después , en nuestra  centenaria  fiesta de  Moros  y  Cristianos y demás fiestas de  su  pueblo. 

 

Selección.   Francisco  Máñez  Iniesta

 

                      HIPOLITO   NAVARRO    PROCLAMANDO

“LA FIESTA GRANDE”

Dentro de pocos días Petrer se hallará de fiesta. Fiesta grande y  multitudinaria. Petrer tiene una fiesta mayor, la de la Virgen del Remedio en octubre, Patrona de nuestra Villa y la fiesta grande, la de San Bonifacio, dedicada a los Moros y Cristianos que se celebra en mayo, Patrón Igualmente de nuestro pueblo. Las dos tienen una Influencia tradicional. La dedicada a la Virgen, en sus actos principales y tradicionales, podríamos catalogarla como fiesta religiosa no exenta de diversiones populares. Pues aparte de las celebraciones litúrgicas, la popularidad se manifiesta en el adorno de sus calles, en sus tracas, castillos de fuegos artificiales, cucañas, carreras, conciertos musicales, pasacalle y cohetería y, desde hace unos años, se expanden a celebraciones populares en sus colaterales barriadas. Tiene, además, esta fiesta, la originalidad de unas danzas con la cara tapada, hace tiempo recobradas, -les Carases-, que bien podríamos catalogar como únicas en nuestra región por la I indumentaria y regocijo de la población que cada vez toma parte con mayor concurrencia.

Pero como hemos dicho, la fiesta grande por excelencia es la celebrada a su Patrón San Bonifacio, en los días del mes de mayo, con sus moros y cristianos. En estos días, Petrer cambia de fisonomía, se transforma, se ilumina, es la fiesta multitudinaria y alegre por excelencia como hemos apuntado. En ella, Petrer vibra con nueva sensibilidad. La muchedumbre irrumpe constantemente en sus calles, dándole un encanto que sólo entonces, nada más que entonces, se manifiesta en una alegría y hermandad poco común en las demás festividades: son sus moros y cristianos.

 

Un mes antes, poco más o menos, de esta celebración, se nota, se palpa, un fervor de aconteceres que ya no terminará hasta el final de la fiesta grande: el Pregón, un derroche de belleza y el Día de las Banderas, que son sus prolegómenos en que ya empiezan las comparsas la gran manifestación con atruendo de arcabucería, y el saludo de su Patrón allá en la Ermita donde durante un año estará San Bonifacio esperando su celebración.


Fue en el año 1614, pocos años después de la expulsión de los moriscos cuando Petrer, tras haber sido repoblado casi en su totalidad, hace su Voto como Patrón de nuestro pueblo a San Bonifacio, Mártir. Luego, a través de los siglos sucesivos es toda una cadena de acontecimientos Imposible de extractar siquiera en un breve artículo. La fiesta, desarrollada como de Moros y Cristianos es vieja de unos dos siglos de existencia con sus años antecedentes que se remontan hasta mediados del siglo XVII.

Existe documentación concreta en el año 1821 en que anuncian su celebración como desde tiempos Inmemoriales. Pero... digamos cómo es en la actualidad.

Toda celebración de moros y cristianos dentro de nuestra área valenciana, aunque en el fondo aparecen iguales, tienen sus particularidades y Petrer no podrá estar exento de las suyas. Aquí, aparte de la vis5(tosidad, la pulcritud de las comparsas y sus festeros, el colorido particular que da la luminosidad del mes de mayo, la alegre seriedad -como dijo un visitante- de los desfiles, la puntualidad y el humor socarrón de sus gentes, da unos matices muy propios de la personalidad de nuestro pueblo. Pero si unido a todo esto añadimos el encanto, la alegría y juventud, el porte y el entusiasmo de sus Abanderadas, es el colofón máximo de una celebración poco común entre todas las conocidas.

Son ya famosas nuestras fiestas por el encanto de sus mujeres, su colorida y pulcra vestimenta, su juventud y su belleza (¿por qué no decirlo?), la figura encantadora de las Rodelas y sobre todas ellas, las Abanderadas, figura enaltecida llena de vistosidad y alegría, sin par, en cualquier fiesta. Por eso, el pueblo y los festeros las veneran, las distinguen, las respetan y las consideran como el símbolo fundamental de nuestra extraordinaria fiesta. En todos los actos es la figura central junto con los capitanes y rodelas, y a nadie se nos ocurre establecer parangones en su breve y emotivo reinado.

¿Cómo describir nuestras Entradas, los desfiles, las bajada y subida del Santo desde y para su Ermita, el desfile de Honor, las Guerrillas y Embajadas, las solemnidades litúrgicas, la excelsa Procesión...? ¡Ay, de tanto como las hemos sonado y vivido, no podemos hacerlo en tan breve espacio...!

Viajero, si no conoces Petrer en sus fiestas de Moros y Cristianos, visitarnos.

 Aquí encontrarás gentes sencillas, nobles y acogedoras que, afectuosamente, te esperan. No te arrepentirás.

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Hipólito NAVARRO VILLAPLANA   fue  Presidente de Honor de la Unión de Festejos San Bonifacio Mártir.

 

“TEXTO   GENIAL”.  Fecha de su proclamación,  ignorada. 

 

 

 

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