viernes, 11 de septiembre de 2020

PLANEANDO HACIA LA GLORIA, Atardecer del día 18 de Junio del infortunado año 2017


Francisco Máñez  Iniesta

Esta  sección  tiene  como  objetivo mantener  la  memoria  de  nombres  que dejando  huella,según  nuestro  conocimiento, durante  el  tiempo  en  que vivieron  amando  a nuestro  pueblo  dejando  lo  mejor  de  sí  mismos.
Francisco  Máñez  Iniesta

Atardecer del día 18 de Junio del infortunado año  2017
Entre el cielo y  la tierra….
Evocación…
Juan Miguel Martínez

Este año también las fiestas de Octubre, y las  próximas venideras, volverán a ser  tristes, ante la  ausencia y el  recuerdo   de Juan Miguel Martínez. 

Su recuerdo renace pervive, ante  su precioso  legado  siempre nos  acompañará como  todos hubiésemos volado con  él  al  cielo y desde  allí contempláramos  la  grandeza el precioso paisaje que nos conmueve.  Juan marcó un hito como  persona,  pues  siempre  se  ofreció a  subir a sus  amigos  que  valientemente le pedían acompañarle en paseo por las nubes .Compartir con  él  la  emoción de ver nuestros paisaje  y monumentos desde  todos  sus  preciosos ángulos.

El sueño de volar tan propio de los niños con imaginación, anidaba en su alma  y se materializó cuando ya de  mayor  se alistó voluntario a la brigada paracaidista, cuyos recuerdos  también  inolvidables le acompañaron durante toda su vida, cuando   tuvo la ocasión de volar en  su primer viaje con hacia  el  cielo con un ultraligero    con su  amigo José Rico  Amorós. También dado a volar con un parapente por  los  cielos cuando soplan los  vientos.

Juan Miguel, alguien que te quiso mucho, dijo que tu  destino había  sido injusto  contigo. Tú que  tanto  nos distes a todos  lo mejor de tu bondadoso corazón, que fue también la  cuna  de  tus inusitados sueños que dejaron  de palpitar, desolados  rotos ante el dolor  ante tu injusto destino.

Solo un golpe mortal como el que se cruzó en tu camino  ajeno a tus cálculos, a tus hermosos  sueños, podía sorprenderte ante tu muerte, como ocurrió,  pues tenías muy evaluadas todas las posibilidades que podría tener si tu  “aeronave” te fallaba  alguna vez;  podrías descender  con la suavidad que aprendiste en el ejército cuando  te lanzabas desde el avión con paracaídas. Cuando te hablábamos del peligro  que  corrías  volando,  tu apacible sonrisa callaba.  Sabía que  serían las alas  del  ala delta, en su descenso, serian  tus ángeles  las que actuarían planeando con precisión.

Tu amor por la imagen  te llevó  a encontrarte con el  arte fotográfico y juntos imprimisteis las imágenes  más bellas y espirituales jamás soñadas de este pueblo al que con  tanto amaste, magnificando  desde los cielos multicolores, nuestras de  nuestras  señas  culturales como la   fortaleza musulmana y cristianas  ermitas y templos como el mejor servidor que disfrutaba sirviendo; aventando las quimera de quienes soñaron en volar por el espacio, cerca de nuestros paisajes , entre  montañas y campos,  y   atardeceres  arropados con los colores  del arcoíris que nos recuerda cada día el fin crepuscular, de la vida  que nace y muere constantemente  y  tú, pacientemente retenías los paisajes más  hermosos,  colmados por  tus sueños  sublimes que  entonaban la  canción de tu vida .

De ti han contado las mejores cualidades, y  la mayor fue tu  amor y bondad   de tu   humanidad…  y tu gran vivacidad… y  tu mayor sabiduría, pues conocías el néctar del sabor del hacer el  bien,  que  te llenaba de felicidad y te acercaba  al  cielo como la tierra.“No merecías un final así”… escribió  otro  buen amigo tuyo y  todos  los que te queríamos también lamentamos. El impulso de la desdicha cruzó la última línea  de tu vida  en el preciso tiempo que el destino  cruzo la línea en el mismo instante. Fatalidad  que llenó el  valle de dolor. El sagrado  valle por  el  que  con  tus  alas sobrevolabas y fotografiabas  ante  la sana   envidia  de sus vecinos  de Monóvar  Elda y Petrer desdela  mole de  la  montaña  mística  de la  noche  de  reyes de Bolón, al deslumbrante monte  del  Cid que  tanto alabo nuestro poeta  Paco  Mollá: cunas de Elda y Petrer, cunas  de las culturas   donde  nacerían  tus  hijos y tu amor por este   valle donde te  consagraste para la eternidad.

En ningún lugar de este  valle hermoso  sonó  tu última hora,  cuando  el golde deun relámpago tenebroso se cruzó en tu  vida iluminando  tu último  adiós,  la  meta del  fin de tu  destino ,   truncando  la ilusión por tus grandes sueños de futuro… mientras  tu cuerpo y tu  alma nos dijo  adiós  para  siempre. Dolor amargo  de  este  pueblo, que junto a  toda tu gran  familia elevó las alas de tu  obra llena de pasión que , como  tú nos  enseñaste, elevamos a los cielos con nuestros sueños alas futuras generaciones de fotógrafos. Las verdaderas gestas  de tu  vida  florecen  y   continúan perfumando el  nacimiento de la  belleza, y de las nuevas  rosas  que  nacen  cada  año.

Además de la histórica gesta de la fotografía que tu presidiste y  encarna el hito cultural más importante de la vieja historia de la fotografía local,  es el mejor elogio y grandeza de nuestra cultura, que sigue siendo un club fotográfico  uno de más importante a nivel nacional dignificando este  pueblo que,  pues es  muy difícil elevarse  tan alto como tú hiciste, honrando la historia de la fotografía  de este pueblo que  enamoró a buena parte de la  juventud y senectud de cada  generación que  elaboró  la historia  de este pueblo , porque  es  verdad que en  la contemplación de las  viejas imágenes se vuelve    a  vivir.

La luz de innumerables flaxes, iluminan tu recuerdo, y los sollozos aquella noche dolorosa noche de  doliente  por tu  ascensión como el  fotógrafo  de los cielos, porque nadie como tú sintió la emoción de contemplar  las diferentes luces multicolores  del día  que asoman por el monte de Cid o Bolon con su cambiante  paisaje  desde las potentes luces a las del alba y crepúsculos radiante , suaves  y dulces místicos de las horas del emocionate   crepúsculo ,  antes de que la noche cubra, con su manto estrellado el cielo mostrándonos millones de luzecitas  oscilantes  marcando los cominos cósmicos que todos recorreremos.

Ahora después de tu regreso al más allá, queremos  soñar, que allí donde te encuentres, tú amor a  la belleza producirá el milagro donde  el día apaciblemente,  se funda amorosamente con la noche, donde el gran  espectáculo estelar de  millones,  vías  luminosas siembran el brillante cosmos. Junto   las moradas  divinas, donde  el alma de los poetas puros que  cantaron a la  vida  ante la   contemplación de  las estampas más sublimes y radiantes  de los pueblos  de este mundo que  compartiste con todos nosotros, los que al mirar hacia a arriba esperamos que  la gracia y justicia reine en el mundo regado por las lágrimas de tanto dolor y equidad.

Ni la vida  ni el cielo, fueron  justos contigo cuando tu destino, en el momento crucial de tu adiós a la vida, fundido con el viento  te fundió  con el dulce crepúsculo  con la eternidad,  y  tu recuerdo generoso  que inundó este  valle con tanto amor. 
                   Amigo Juan  Miguel siempre  vivirás en nuestro  recuerdo.






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