El barco de la esperanza tiene de jirones, hechas las velas. Los vientos empujan de babor, pero las olas, desde estribor, golpean y amenazan con la zozobra...... Hay neblina.
El timonel ha perdido el rumbo estando el horizonte aún lejano, sigue soñando con que su canto a las nubes desgarre el telón de un nuevo escenario para que el disco amarillo marque la hora.
Y, de nuevo, ilumina la ruta, mientras tanto, el silencio ejército militante, sigue atento a una señal que nunca llega.
Para P.C.H, miembro singular de ese otro ejército silencioso del altruismo cooperante, que utiliza las armas de la solidaridad, tan necesarias y, en ocasiones tan incomprendidas.
Gregorio Doval http://www.casadellibro.com/libros/doval-gregorio/doval32gregorio
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