Desde la terraza del museo

 

Me gusta la organización y planificación de las cosas, he estado de responsable y colaborador en muchas juntas directivas y me asombró de ver duplicidades, divisiones y personalismo que desvirtúan la labor de muchas generaciones que dejaron unas bases de funcionamiento en las instituciones  que los responsables de cada etapa las desmerecen argumentando su adaptación a los nuevos tiempos.

Si viera que son a mejor las aplaudiria pero veo que se está destrozando los ideales por lo que fueron creados, que no son otros que unir proyectos y trabajarlos en la misma dirección.

Estas semanas veo que se convocan a los pueblos de la pólvora ¿ Qué es eso ? me dicen que es para abaratar el precio, probar una pólvora negra  y romper normativas,  < Parece ser que en Yecla tiran hasta los nenicos > y la fiesta organizada sigue sin desatascar y convencer a los políticos el significado del alardo, pólvora, seguros y toda la problemática de la tradición.

Jose Luis Masanet y un grupo de festeros de la época crearón la UNDEF, han habido escisiones, divergencias y sigue siendo una institución válida, pese a que cada directiva de pueblo o ciudad se crean los más listos del mundo tirando cada uno por su calle.

Se anteponen decisiones de comisiones antes que la unanimidad de todo un colectivo, por aquello que la comisión tiene toda su independencia para hacer lo que quiera.

Se deja a festeros que  han dedicado muchas horas de trabajo para mejorar las cosas por no ser cómodos a la directiva del momento.

Me acuerdo mucho de un valiente que dice que la renovación de directivas deben de tener una o dos personas de la anterior para que las instituciones  mantengan sus ideales y tengan continuidad.

Mientras,  todo se está destrozando.

Pablo Carrillos Huertas