miércoles, 27 de junio de 2018

AFRICA... ¿ESTÁ DE MODA?


-¿Se puede pasar”
-Adelante
-Venía a la consulta.
-Pase, pase. Está en ella. ¿Cómo va de salud?, ¿Cuál es su problema?.
-De salud voy bien, gracias a Dios, y no tengo ningún problema.
-Entonces ¿Cómo se explica el motivo de su visita?.
-Bueno, sí, mi problema y el motivo de mi visita es la moda. Mi problema es la moda,
la quiero, la deseo, la añoro. Y creo que usted puede ayudarme. Ustedes, doctor,
saben mucho
-Es normal, que desee la moda, ¿qué hay de malo en ello? Y bien, ¿qué moda?.
-¿Cómo que qué moda?.¡ La Moda ¡. Moda no hay más que una.
-Aclárese y comience por el principio.
-Todo empezó cuando cierto día me di cuenta que mucha gente iba con camisa
negra.
-Estarían de luto.

-¿De luto?. No, iban a la moda. Y yo me dije ¿por qué no voy yo también?. Dicho y
hecho, me compré una camisa negra.
-La que lleva.
-Si, tenía que ser una con grandes y extravagantes dibujos y unas letras que no
entendía, ¿Que sé yo?, unas letras raras. La camisa que llevo. A la moda ¿Comprende?
-¡Bueno!. Y que más.
-No veas, como iba yo con mi camisa por la calle. Luego vino lo de los pantalones.
Pantalones cortos, a la moda. No hay derecho. Hay que ver lo que estarán ganando los
textiles, cobran bien la prenda y se quedan con la tela.
- Continue.
-La moda es la moda. Hay que ir a la moda. Y para ello, como es natural, me tatué
todo esto que ve. Y lo que no se ve. Si quiere se lo enseño.
-No, no. Ya me lo imagino.
-Pero ahí no queda la cosa. Vino después la moda de la coleta. Y, como verá, aquí la
tengo, más bien un poco larga.
-Se aprecia, se aprecia un poco larga. ¿Ya está todo?.

-Por supuesto que no. ¿Qué usted no conoce la moda de los perritos?. Yo no podía
ser menos y hasta tengo dos. Son monísimos. Tengo aquí unas fotos… Aunque los llevo
a todas partes no los he traído a la consulta.
-Faltaría más. Ya voy entendiendo lo de la moda.
-Bueno, también estoy ahorrando.
-Estupendo. Fantástico. Siga así. Es una virtud.
-Es para comprarme una bicicleta. Todo el mundo la tiene.
-¡Ah!. Bien. Eso ya es otra cosa. ¿Falta algo?.
-Espere que todavía no he terminado. Ahora me he dejado la barba.
-Destaca enseguida. Y bien poblada que la lleva.
-No crea, tengo que raparla un poco. Es un poco molesta, pero uno se va
acostumbrando.
-Ya. ¿Lo tiene todo ya?. A la moda me refiero.
-¡Que va!. Me faltaban los pendientes. Y como verá los anillos me quedan
bastante bien. Hubiera querido ponerme uno en la nariz pero como soy un poco
mocoso lo dejé.
-Hizo bien. Con tanta moda andará un poco agobiado.
-No duermo por las noches. Y por eso he venido a su consulta.
-Le molestan los perros.
-¡Para nada!, pobrecillos. Es porque me pongo a pensar y me pregunto cómo será
la próxima moda. La añoro; la espero; la quiero. Me cuesta dormirme.
-Pero usted tendrá alguna idea.
-Me encuentro en blanco. Y precisamente por ello estoy aquí. Doctor, ayúdeme.
-¿A dormir y a descansar bien?.
-¡No se entera usted de nada!. Le estoy pidiendo que me ayude a saber por donde
vendrá la próxima moda ; usted que seguramente está al día y recibe y lee muchas
revistas, como he visto en la consulta.
-Efectívamente, me doy cuenta que lo suyo es algo grave.
-¿Qué me aconseja?, doctor.
-Estoy pensando que tal vez le vendría bien dejar toda esta movida y marcharse por
una temporada, por ejemplo… a Africa.
-Pero, doctor , ¿ Ir a Africa?... ¿Está de moda?.
Antonio Espinosa Martínez

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