El autor de “1779. Las calles perdidas de Petrer”, galardonado con el premio Mª Remedios Guillén al mejor libro editado en Elda y Petrer durante el año 2014, prepara la publicación de su último trabajo “Fuimos Petrarium”.
Se trata de una nueva hipótesis sobre el origen y el significado del topónimo “Petrer”. Según nos cuenta Manuel Villena, “he puesto en común lo estudiado por la arqueología y lo dicho hasta la fecha sobre el nombre de Petrer y las conclusiones son claras.
Es la primera hipótesis que se basa en las circunstancias del primer asentamiento humano en el actual núcleo urbano de la villa, allá por los siglos I y II de nuestra era”.
El libro analiza las motivaciones que condujeron a una familia romana a instalarse precisamente en el actual centro de la villa, “poniendo necesariamente en práctica una estrategia socio-económica para su propia subsistencia y que no se ha tenido suficientemente en cuenta”. Apoyado en las evidencias arqueológicas de las intervenciones de la calle La Fuente durante los años 2007 y 2008, y donde se halló un complejo alfarero datado del siglo III y especializado en la elaboración de material para la construcción, el autor nos cuenta que el topónimo “Petrer” viene de la palabra latina “Petrarium” con el significado de “cantera”. “La rambla de Puça fue determinante a la hora de escoger esta parte del valle para crear un asentamiento. Además del curso constante de agua se trata de un enclave peculiar en toda la comarca al ser rica en arcillas. La tradición cantera y alfarera puso nombre a este poblado que, en un principio, lejos de ser una villa clásica fue meramente una zona de procesado industrioartesanal”.
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