lunes, 13 de julio de 2020

UN SUEÑO LLAMADO LUVI

 Un sueño llamado LUVI
Francisco Máñez Iniesta

Nuestro amigo, Elías Bernabé, hace  tiempo  resaltó  en Petreraldia  la pregunta formulada  por Armando sobre  la gran pinada de Villaplana. Pregunta muy interesante que me motivó a  consultar el extraordinario  texto sobre Ricardo y Luis Villaplana cuyo autor, Pablo Navarro público en Petreraldía  el  30 de noviembre del al año  2011. Una recaída de  salud , me hizo archivar este tema  sin completar con los datos que mi padre me aportó, pues  él desde muy joven trabajo en Luvi. Datos que guarde por considerarlos  de mucho  interés.  

En un trabajo de Pablo Navarro, digno para ampliar y escribir un interesante libro  sobre los principios de la industria en nuestro pueblo, nos dice …”Los comienzos de siglo no fueron nada fáciles para la gente de Petrer, pueblo alfarero y agricultor, enraizado en una tierra seca y mísera… La incipiente industria zapatera de Elda, sirvió de base para que en Petrer, unos jóvenes inquietos formaran una élite empresarial que cambió radicalmente el panorama… La Primera Guerra Mundial supuso para la industria del calzado una época dorada... En el año 1921 se inaugura la primera nave industrial, con la que tanto habían soñado Luis y Ricardo, en la calle Gabriel Payá y que en los años 30, llegó a contar con más de 350 operarios, una producción cercana a los 1.500 pares diarios...”

Leyendo estos   textos  de Pablo, recordé que mi padre me contó que desde muy niño empezó a trabajar en  Elda, y luego en la empresa de Luvi. Me dijo que cuando se construyó la empresa  delante de la puerta había  bancales con árboles  donde los operarios sentados  bajo su sombra  esperaban la hora del inicio al trabajo. Escribe Pablo que “Luis y Ricardo Villaplana proceden de una humilde familia de tendencia liberal, cercana a las tesis socialistas, influencia que formará el carácter de los dos hermanos.” 

Esta cita nos ayudará a comprender el hecho de que Ricardo sentado a la puerta de la fábrica junto algunos trabajadores -entre los jóvenes el que más tarde sería mi padre – me hiciese el siguiente comentario: “a veces Ricardo  Villaplana antes de entrar a la fábrica se entretenía hablando con sus operarios a  la  puerta de la  fabrica antes de abrir sus puertas. Hablando con nosotros, una vez nos dijo que el proyecto de la fábrica tenía que seguir su expansión  fabricando también todos las  materias que componían el zapato como  los pisos, las pieles, el clavo, la cola y demás componentes del zapato, y que para completar el proyecto , en torno a la fabrica contaba  con el gran espacio de las pinadas.

Ese era el objetivo  de su proyecto empresarial, y para ello contaba  para ampliar la fábrica, con toda la  reserva de la zona de pinos, supuesto que pasarían muchos años hasta completar el  gran proyecto, que desarrollo como cuenta Pablo  Navarro;” después de un viaje que hizo al extranjero, donde adquirió  el proyecto, y compró alguna máquinas que inicio en el pueblo para empezar a fabricar”.

Entonces, la mayor parte del pueblo bajaba a pie  Elda  a trabajar,  pasando por enfrente de la fábrica, donde los obrero de Luvi esperaban la hora en que se abrían las puestas de la fabrica. Otro día,  según también me contó mi padre,  ante el rio de gente que bajaba hacia Elda a trabajar, Ricardo muy enfado  dijo: “que ganas tengo de poner un barrera  para que ya nadie tenga que salir del pueblo para trabajar”. 

Resulta doloroso ver la desolación actual  del solar con que afán  se fraguó el desarrollo industrial de la industria del calzado, en el que sus dueños,   personajes históricos  de nuestro pueblo  Ricardo y luís Villaplana, ya casi olvidados, desarrollaron  el gran proyecto de LUVI.

Cuando  la agricultura no daba para más de sus rentas  se empezó a configurar la idea de industrializar el pueblo, empezando  a  montar pequeños talleres  algunas pequeñas   empresas de calzado con sus respectivo viajantes  que se convirtieron en el esperado maná cada nueva temporada,  pues de sus muestrarios y sus carismas personales pues de ambas cosas dependía  el desarrollo del pueblo que empezaba a cambiar. La  concepción del proyecto de  Luvi con su expansión  fue  valiente y pertinaz  en aquella época de luchas  para sobrevivir con sus hambres y miserias. Lástima y dolor por aquel tiempo que pudo ser el orgullo de nuestro  querido pueblo.

Es triste, demasiado triste  para los que crecimos  profesionalmente  allí.  Nada queda de aquel extraordinario sueño que se convirtió en realidad y perduró con mucho éxito, después  de  que aquellas ilusiones  industriales puestas en los zapatos empezaron a paliar las necesidades  básicas en este sufrido a  los hijos de mi abuelo paterno  de profesión labrador pueblo… 

Espectacular proeza y digna de tener su espacio en la memoria de historia local. La impresionante  imagen de aquella se ha  de aquel conjunto borrado y su  desnudo solar  nos  hiere el alma a quienes, el mismo día que cumplíamos los 14 años, éramos dados de alta en la seguridad social para aprender un oficio que labrara nuestro futuro.  Las tristes  historia de los pueblo, tan grata con caciques e inquisidores, e  ingrata  con muchos a sus hijos  que les dieron sus vidas y sus almas, como Ricardo y Luis Villaplana. 

Amigo Elías, gracias por plantear temas de calado  histórico social de nuestro pueblo, y perdona la tardanza de esta respuesta 



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