Es una pena que el arte del grafiti siga ensuciando los espacios publicos y sirven de mal ejemplo a los niños y jóvenes que los disfrutan de una manera lamentable.
Los juegos, paredes, puertas y todo lo que se les antoja vuelven a ser sus principales objetivos.
Unos dicen que es para enseñar su arte, otros dicen que no tienen espacios donde desarrollar esta actividad y en el fondo del todo esta la catalogación de todos los que practican este actividad como gente inculta, sucia y de poco respeto por la ciudadania y sus ciudades.
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