sábado, 21 de abril de 2012
¿Deben los políticos pedir perdón como ha hecho el rey?
"Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir". Estas fueron las diez palabras que pronunció el rey don Juan Carlos ante las cámaras de televisión para pedir públicamente perdón por el suceso de la cacería en Botsuana. Y este hecho ha planteado un profundo debate en la sociedad. ¿Deberían disculparse también los políticos por sus errores?
Los políticos toman decisiones en un contexto de complejidad y de alta incertidumbre. Esto hace que resulte muy complicado que no cometan algún error. Pero, ¿deberían disculparse por ellos? En la vida cotidiana, la reacción más común tras equivocarse es pedir disculpas.
La mayoría de la sociedad española ha valorado positivamente el gesto del rey porque no es habitual que una figura pública se plante delante de los medios y pida perdón. En España no suele ser algo normal que los políticos reconozcan sus errores y pidan disculpas. Se ha esperado muchas veces que los inquilinos de La Moncloa entonaran el 'mea culpa', pero muy pocas veces se ha conseguido.
Entre los dirigentes se piensa que este acto puede tener consecuencias políticas. Pedir perdón puede ser visto como un gesto de debilidad y afectar a la legitimidad del dirigente. Negarse a reconocer un error puede generar enemistades y desencadenar una escalada de agresiones.
Los líderes políticos no están dispuestos siempre a pedir perdón para no dar argumentos a su rival para desestabilizar y estructurar un ataque sólido hacia su persona, destacando su incapacidad tras reconocer que se ha equivocado.
Varios estudios muestran que una de las cualidades más valoradas por la sociedad es la honestidad de los políticos. El objetivo de un mensaje de disculpa debe estar encaminado a normalizar la situación y a subsanar el error. Lo primero que se valora es cómo gestionar la comunicación y se analiza si la petición de perdón puede resultar contraproducente. Por tres motivos: 1) Porque pueda pasar desapercibida, 2) no reviste gravedad o 3) pueda servir para acercar al líder a la sociedad.
Sin embargo, los asesores políticos recomiendan pedir disculpas a un político si la mayor parte de los ofendidos se encuentran entre los simpatizantes del partido que lidera para recuperar el electorado propio, movilizarlo y reestablecer la normalidad anterior al error.
En España, el perdón más reciente ha sido el del consejero de Interior del País Vasco, Rodolfo Ares, quien desde el principio asumió toda la responsabilidad por la muerte del joven Iñigo Cabacas, fallecido a consecuencia de un pelotazo de goma de la Ertaintza.
Pero ha habido más políticos arrepentidos. Y, entre ellos, dos ex presidentes del Gobierno. José María Aznar pidió perdón en La Coruña por la gestión del Prestige y, José Luis Rodríguez Zapatero reconoció en campaña electoral ser “el principal responsable ante la falta de trabajo”.
“Soy bien consciente de que nuestros medios no siempre llegaron a tiempo a todos los lugares donde hacía falta. Soy consciente, asumo los errores, pido las disculpas correspondientes a aquellas personas que en determinados días han echado en falta medios y recursos de los que en ese momento sencillamente no disponíamos”, reconoció Aznar en 2002.
“Me enseñasteis a dar la cara y no lo voy a eludir ni en el último minuto”, aseveró Zapatero, en la que muchos consideraron su despedida como líder del PSOE y como presidente en noviembre del año pasado.
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