lunes, 3 de septiembre de 2012

Llega septiembre ¿qué nos espera que no sea más y más miseria?...

Llega Septiembre 2012 y España está paralizada. No hay brotes verdes, ni mimbres, ni espigas, porque la cosecha ha sido pobre, muy pobre tras la sequía del invierno y de la primavera. España paralizada. Se negocian rescates, ayudas, bonos especiales, y demás gaitas que tocar y escuchar. El año pasado fue malo. El actual será el remate y dicen que el año que viene será el Gran Remate. La calles están llenas de locales vacíos, en venta o en alquiler. Las listas de desempleo crecen al mismo tiempo que crece la desesperación de jóvenes y viejos. Los negocios muestran un pulso imperceptible. A muchos empresarios y autónomos las cuentas no les salen. Sin capacidad de respuesta a la crisis, sin margen de maniobra, porque el crédito sigue sin fluir, con el aliento de los ricos del Norte de Europa en la nuca de los pobres del Sur, el estado de Bienestar es una reliquia. La gente se manifiesta, ahora que los recortes serán mayores y la carga impositiva difícil de soportar, pero con una intensidad aún débil pese a las imágenes que nos ofrecen algunas televisiones. Empeoran las expectativas y, conforme pasa el tiempo, cunde el desánimo, la percepción de que la Crisis Global va para largo. Ni uno ni dos años más: muchos años más. Salvo los que siguen confiando en el Milagro y mirando para otra parte, el sentimiento general es que hay Crisis para rato ¿Qué podemos esperar a la vuelta del verano? Más miseria, así de claro", me dice uno de mis gurus favoritos.

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