Más allá de los San Fermines, la fiesta estrella de España –y para muchos, del mundo-, existen una serie de festividades anuales que consisten, básicamente, en 'pelearse' y acabar impregnados de productos de la 'tierra'. Es el caso de La Tomatina de Buñol o la Batalla del Vino en Haro. ¿Dónde reside la clave del éxito de estas fiestas?
varios expertos sociólogos personas que han participado en la organización de estos eventos se reunen para conocer cuáles son las claves del éxito de estas fiestas:
Originalidad: “No hay algo igual en todo el mundo” aseguran desde el Ayuntamiento de Buñol. La exclusividad de este tipo de eventos es fundamental para explicar el éxito de estas fiestas. La Tomatina, por ejemplo, ha sido copiada por varias poblaciones chinas para deshacerse de los excedentes de verduras. Sin embargo han acabado siendo un fracaso.Mantener la tradición: estas fiestas han cambiado mucho desde sus orígenes, cuando era una cosa reservada para el pueblo. Se han masificado y globalizado. Sin embargo, siguen marcando los ‘tiempos’ de los pueblos. Para Antonio Ariño, de la Universidad de Valencia, “la Fiesta no ha perdido su carácter organizador del tiempo social, pero la lógica de la modernidad ha transformado su secuencia interna”. La tradición evoluciona posteriormente a patrimonio, tal y como recuerda Ariño, haciendo de este tipo de fiestas “susceptibles de convertirse en un condensador patrimonial y recurso turístico”.
Adrenalina: los San Fermines están considerados en el extranjero al nivel de un ‘deporte de riesgo’. La adrenalina y la excitación que se generan en este tipo de fiestas es un claro atractivo para el turismo.
El color y el cerebro humano: es uno de los principales componentes psicológicos. El cerebro humano se siente atraído por colores vivos, como el rojo del tomate o el morado del vino. Es una de las claves que explican el éxito, por ejemplo, de la fiesta Holi, en India, considerada una de las más multitudinarias del mundo. En ella, miles de participantes se enzarzan en una batalla con harina teñida de colores vivos y tonalidades fosforescentes. Algo que se repite en cierta medida en la Tomatina, donde todo se tiñe de rojo.
Publicidad: el mundo del la publicidad, el cine, la televisión… ha reflejado en muchas ocasiones –no solo a nivel nacional, sino también internacional- este tipo de fiestas. Con la globalización, las imágenes de la Tomatina, de la Batalla del Vino y de otras han llegado a todos los rincones del planeta y se han hecho populares
Este año, el éxito de La Tomatina ha venido de fuera. Un 70 por ciento de los participantes este 2012 era extranjero. Los más numerosos, los japoneses –unos 4.000-, seguidos de australianos, británicos, alemanes, belgas, nórdicos, brasileños, canadienses o coreano. Según el ayuntamiento, 4.000 participantes se han quedado fuera del juego al no haber espacio suficiente..
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